El árbol más alto de Serbia se encuentra en el Nacionalni Park Tara, Zaovine, a cien kilómetros de Čačak, la ciudad de origen de Igor Jovanovic. Mide 30’20 metros, con una circunferencia de 97 centímetros, según medición realizada en 2019. Esta es la información que ofrece una web de árboles monumentales, que sirve para ponerle contexto a que Unicaja Costa de Almería ha plantado justamente eso, un árbol cuya presencia impone en la red. En su caso, la altura es de 1’96 metros y tiene brazos como ‘ramas’ que, o bien acercan la pelota con total precisión al atacante propio, o bien invaden y ocupan un enorme espacio del atacante rival. Uno de los fuertes del colocador serbio es su envergadura, pero el más importante es su cabeza. Está feliz en Almería, le gusta cómo se trabaja en la entidad ahorradora y… ha echado raíces.
Entrevista en español apenas dos meses después de su llegada y no se conforma con frases cortas y directas, aunque sus mensajes son contundentes: “Este grupo tiene mucha calidad individual, pero también mucha calidad como equipo; es como una familia, vamos todos juntos, un grupo que me gusta muchísimo porque estamos muy unidos y así es más fácil trabajar y es más fácil jugar”. No duda de que en eso radica el secreto de continuar invictos, “es muy importante, es de todos”, asegura a la par que insiste en la conjunción de los elementos de “tenemos un buen grupo” y “capacidad y calidad individual de todos los jugadores”. Es por ello que “todavía nos queda mucho ‘espacio’ para mejorar, y yo sé que este equipo tiene la característica de que puede y quiere mejorar cada día”, sentencia de modo textual.
El Unicaja Costa de Almería de Jovanovic “cada semana tiene un nivel más alto y trabajando fuerte estoy seguro de que podemos siempre ir a más”, absolutamente convencido de las posibilidades que se abren por delante. Le motiva bastante jugar en España, donde aprecia el buen hacer de los rivales: “Yo no sé cómo era esta liga antes, no la conozco muy bien, pero mis compañeros dicen que este año es mejor que los últimos tiempos, y estoy viendo que tiene muchos equipos que juegan muy bien y que varios de ellos tienen los mismos puntos o están muy cerca, así que es muy igualada”. Respecto a si mismo, se siente optimista: “Estoy convencido de que puedo mejorar muchísimo, cada semana me siento mucho mejor, con un nivel que está creciendo siempre”. Su mejor imagen se acerca y agradece que se le ayude.
En ese sentido, ha encontrado en el club y en la ciudad todo lo que necesita para ser feliz en su profesión y en la vida, embriagado por lo que ve por la calle, “gente feliz”, asegura. En cuanto a lo primero, el trabajo fluye: “Me gusta mucho cómo se entrena en España, pienso que con el entrenador y el cuerpo técnico puedes cada día mejorar mucho, tenemos un buen grupo de entrenadores, todo el staff”. De ese modo, “poco a poco, necesitamos pensar en cada entrenamiento y en cada partido, y solo así, con un trabajo intenso, podemos merecer los títulos”. En referencia a lo segundo, la gente, “el pabellón tiene una grada con una afición que desprende una energía que es muy importante para cualquier equipo, el nuestro y todos los demás”.
Y es que está tranquilo y disfrutando de su nuevo ‘lugar en el mundo’, una Almería a la que elogia: “Esta ciudad es espectacular, con este sol… pienso que es la ciudad de Europa con más sol, y ayuda mucho a que la gente viva feliz todo eso, la playa, el sol… la gente que veo por la calle para mí es muy feliz, con una energía muy alta que hace que me ‘encante muchísimo’”. Queda un partido antes del parón, viaje a Valencia, después una pausa que va a aprovechar para descansar y verse incluso más envuelto del carácter almeriense: “La Navidad la voy a pasar aquí, en diciembre tengo 20 grados cada día, mientras que en Serbia ahora hay nieve, y me gusta más con sol el mes de diciembre”. El ‘árbol Jovanovic’ seguirá creciendo con fotosíntesis.
A su lado, en la misma posición, Andrés Portero, “un chico muy simpático, bastante inteligente, que siempre trabaja al cien por cien, que me gusta como jugador y como persona, y que es el ejemplo de lo que he dicho antes, que somos un grupo en el que cada uno de nosotros quiere ayudar a los demás”. Sin distinciones sobre nadie de los que le acompañan en esta aventura, “soy una persona que no tiene un mejor amigo porque me gusta estar con todos, todos los jugadores nos tratamos igual, es más, en este grupo en todo momento estamos unidos y somos iguales”, reconoce. Eso se traslada a la pista, donde tiene magníficos atacantes para elegir con, eso sí, una exhaustiva preparación previa: “Necesitas diferentes recursos para cada partido y depende del momento, del rival, y preparo cada jornada de modo distinto”.
Eso lo hace con el apoyo, claro, “de los entrenadores”, con los que realiza el estudio, y además se fija en todo momento en “el feeling con los compañeros” ya con balón en juego, “cómo se sienten en cada momento”. Él distribuye el potencial de Unicaja Costa de Almería en ataque, pero ve muchos puntos fuertes en el equipo: “Tenemos calidad en ataque, pero en bloqueo también… en todas las facetas del juego existe calidad en este equipo; no tenemos puntos débiles por los que el otro equipo pueda hacernos mucho daño; cuando tienes capacidad y calidad en todos los fundamentos es difícil para el equipo que juega contra ti”. Confía en levantar “copas” apoyado en todo lo dicho y, por cierto, el árbol más alto de Serbia es una pícea.
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