Su entrevista de presentación la inicia pensando en la hinchada verde: “En primer lugar, un saludo a todos los aficionados del Almería”. Está deseoso de sentir el Moisés Ruiz tal y como lo ha visto en su repaso de imágenes de la pasada campaña. Como no podía ser de otro modo, Bernard Bakonji, un espigado colocador de dos metros exactos y 25 años, que ha sido una ‘pesadilla’ este verano para los Red Lynxes, se ha informado muy bien antes de tomar una decisión: “Hubo algunas ofertas más después de decidir que era hora de un cambio, pero de acuerdo con mi representante, decidimos que Almería es una muy buena opción para mi futura carrera y desarrollo”. Dicho y hecho, verde por convicción.
Toda su experiencia se cierne sobre el HAOK Mladost Zagreb, club al que llegó desde su ciudad natal, Sisak, para permanecer durante seis temporadas consecutivas. Ahora, cree que debe crecer fuera de su país, y Almería será su primer destino ‘extranjero’: “Tan solo escuché cosas positivas sobre el club, tanto del entrenador como de algunos amigos que me dieron información”. Unicaja Costa de Almería cierra con total garantía una posición clave, la de colocador, en la que ya aguarda al croata Andrés Portero. Su tándem junto a al serbio Jovanovic fue excelente, y no se espera menos de la relación entre el almeriense y el croata Bakanji, todo un ‘hombre título’ que ha ganado todo y que quiere mucho más.
De hecho, ha levantado cuatro ligas, tres copas y dos supercopas de su país, además de los últimos Juegos Mediterráneos de Orán, eso a costa de España en la final. Una decena de títulos engrosa su palmarés particular, “sí, gané muchos trofeos jugando para Mladost Zagreb, y en esta mi primera experiencia fuera de Croacia quiero seguir ganando títulos aquí, en el nuevo club”. Es uno de los motivos por los que ha fichado: “Veo que Unicaja Costa de Almería también está acostumbrado a ganar y quiero ayudarle en eso la próxima temporada”. Otra vez más, se ha aprendido la lección de historia: “He visto los resultados de años anteriores y tengo claro que este es un gran club ganador”.
En esa línea, “es por eso que mis objetivos son principalmente ganar tantos trofeos como podamos”, asegura de modo textual, “y, por supuesto. individualmente dar lo mejor de mí y mejorar en la próxima temporada”. De metas muy altas, lo suyo es el estrellato europeo y sus modelos para llegar están presentes en su día a día: “No puedo decir que tenga un jugador favorito, pero me gusta observar y aprender de los mejores, como Christenson, De Cecco, Giannelli…”. Trabajo duro, proyección estratosférica y sin estereotipo sobre si mismo: “No señalaría ninguna característica especial, pero sí es seguro que siempre daré lo mejor de mí en la cancha, y de esa manera ayudaré a mi equipo”.
Actualmente está disputando el preeuropeo con Croacia, sin cruzarse con España, tras un verano de mucho enfrentamiento entre ambos combinados nacionales. Le ha servido para estar cerca de algunos de sus compañeros en Unicaja Costa de Almería: “No sabía mucho de la Superliga, honestamente, y lo mismo con los jugadores que juegan en ella, pero este verano los he conocido muy bien, preparándome los partidos con España; han sido cuatro enfrentamientos y he visto los del club que también juegan en la selección”. A su juicio, “en combinación con el resto de jugadores que forman parte del grupo, creo que se ha formado un muy buen equipo y que seremos competitivos esta temporada”.
Su destino estaba inexorablemente ligado al voleibol, con una larga historia familiar que avala su pasión y su ambición: “Empecé a entrenar vóley porque era un deporte familiar; la mayor parte de mi familia lo jugaba, mamá, papá, abuelo, tío, hermana…, así que era un camino lógico que seguiría”. Empezó en Sisak, “mi ciudad natal, que está cerca de la capital, Zagreb, y después continué mi carrera en Mladost, donde he estado seis años”, recuerda antes de insistir en un detalle que es muy importante para él, que le da una gran motivación y que hace que está absolutamente ilusionado: “Esta temporada comienza mi primera experiencia extranjera aquí en Almería, y ¡no puedo esperar más para ir!”.
Transpira este deporte por cada poro de su piel, ‘joven veterano’ que ya tiene muchísimo recorrido para tener la certeza de que aun recorrerá bastante más: “Como juego voleibol y le dedico la mayor parte de mi vida, no tengo demasiado tiempo libre; cuando lo tengo, lo paso con mi familia y amigos, y a menudo veo películas o series”. Llega dispuesto a la conformación de un grupo muy sólido, para él, el aspecto más importante de todos: “Creo que la clave es crear algún tipo de unidad dentro del equipo, tanto dentro como fuera de la cancha; seguramente tomará su tiempo para que todo se organice correctamente, pero creo que cuando suceda, solo nos ayudará a lograr nuestros objetivos”.
Se muestra “contento de ser parte de este equipo la próxima temporada”, y volviendo al Moisés Ruiz, “en lo que respecta a los aficionados, hay más seguimiento que en Croacia, y siempre es más bonito jugar en un pabellón lleno, así que estoy feliz de que el voleibol se siga tanto en Almería y que tengamos un gran apoyo desde la grada”. En cuanto a la ciudad, “después de investigar un poco, me parece muy buena y tiene un tamaño ideal, me gusta que la ciudad esté junto al mar y el clima que tiene”. Zagreb es más grande y tiene otro ritmo, pero Sisak, donde nació el 28 de noviembre de 1997, “es más pequeña”. Almería está entre ambas y aquí busca el equilibrio que lo confirme en ámbito de clubes como estrella fuera de su país, lo que ya ha mostrado ser en ámbito de selecciones.
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