(1-1): España, muy cerca de los octavos del Mundial

España entró al partido con la intención de dejar claro que lo visto ante Costa Rica no era un espejismo. Los de Luis Enrique, solo con Carvajal en el lugar de Azpilicueta como novedad, saltaron al césped del Al Bayt Stadium con mucha personalidad. Los primeros 10’ fueron de una puesta en escena inmejorable del combinado español fiel a su estilo: presión alta, verticalidad y buen manejo de pelota. Tanto fue así que antes del 10’ a punto estuvo Dani Olmo de adelantar a España. Un gran disparo suyo desde el vértice del área obligó a Neuer a emplearse a fondo. La pelota tuvo que ser repelida por el larguero.

Tras el susto, los alemanes reaccionaron. El partido se equilibró y se convirtió en un toma y daca en el que ambos equipos dejaron claro que son serios candidatos a todo en esta Copa del Mundo. Consiguieron equilibrar el partido en todo. En intensidad, en inteligencia y en fútbol. Tanto fue así que a balón parado metieron el miedo en el cuerpo a España. Un gran centro de Kimmich, que tiene un guante, acabó en la cabeza de Rüdiger que remató a placer a la portería de Unai Simón. El VAR avisó al árbitro de que había fuera de juego. El central del Real Madrid estaba adelantado respecto a Laporte, que marcaba la línea. Pocos centímetros privaron a la selección de Flick de adelantarse antes del descanso.

España pegó primero tras la reanudación. Una gran jugada entre Busquets y Alba fue culminada a la perfección Álvaro Morata, que apenas llevaba 5' en el campo. Había sustituido a Ferran Torres, bigoleador en el debut contra Costa Rica, y tardó 5 minutos en dejar su muesca en el partido con un remate inalcanzable para Neuer.

Tras el gol de Morata, Flick miró el banquillo. La derrota complica (y mucho) las opciones de clasificación de Alemania, y el técnico sacó toda la pólvora disponible. Metió a Sané, Fülkrug (uno de los delanteros más efectivos de la Bundesliga) y Klostermann, lateral de más recorrido que Kehrer, y estuvo muy cerca de conseguir premio a su valentía. Una gran combinación de Sané con Musiala acabó con el delantero alemán frente a Unai Simón, que se hizo gigante bajo palos. A la segunda no pudo hacer nada el portero del Athletic Club. Fülkrug volvió a plantarse solo ante el meta vitoriano, que no pudo detener el disparo cruzado del delantero del Werder Bremen.

El empate alemán rompió el partido. Al vértigo que había introducido Hansi Flick se unió el efervescente Nico Williams, que había ocupado el hueco de Marco Asensio en el campo, pero el marcador no se movió más, aunque hubo ocasiones para ambos equipos. Morata pudo hacer el 2-1 tras un gran pase filtrado por Nico, pero erró en el control y perdió las opciones. Algo parecido le pasó a Sané en la última jugada del partido. El jugador del Bayern encaró prácticamente solo a Unai Simón, que con una gran salida lo forzó a irse por línea de fondo. La última jornada del grupo dictará sentencia. Al conjunto de Luis Enrique le sirve con un empate ante Japón para ser equipo de octavos.