Y Almería cantó: “El corazón que a Triana va, nunca volverá, Sevilla”

Los viajeros cierran un 2013 en el que celebraron el ascenso a 1ª visitando el Benito Villamarín

Carlos Miralles
01:00 • 21 dic. 2013

La mítica canción de Miguel Bosé vino como anillo al dedo a la afición del Almería, que cierra un 2013 en el que disfrutaron del ascenso a Primera División. El último desplazamiento fue a Sevilla, pero esta vez tocó visitar el Benito Villamarín y no el Sánchez Pizjuán. Con salida a las 4:45 horas desde la explanada del Juan Rojas, la expedición tuvo tiempo de dormir en el autocar y despertarse en Sevilla para conocer más a fondo el barrio de Triana. El Betis no está pasando por un buen momento y se notaba en el ambiente que había en juego algo más que tres puntos. Otro autobús de la Federación de Peñas, con Baldomero Titos a la cabeza, salió a las siete de la mañana rumbo a Sevilla.


Navidad Siempre se disfruta más del fútbol cuando llegan estas fechas tan señaladas. A la hora de hacer balance, los más de cien aficionados rojiblancos coincidían en que no podrán olvidar el ascenso a Primera, que ya festejaron en 2007 con Unai Emery. En la visita por las calles de Triana, hubo tiempo de comprar algún recuerdo.


Peñistas El Tomate, Milhojas, Regiones, Huercalense... el desplazamiento a Sevilla suele ser uno de los más esperados por parte del seguidor del Almería. En este caso, el rival fue el Real Betis, que está pasando por momentos de dificultad.
Algunos recordaban la última visita al Villamarín, entonces llamado Ruiz de Lopera, en 2009. El Almería, con el objetivo de la permanencia en el bolsillo, perdía frente  a un Betis que acabó perdiendo la categoría en la última jornada de Liga. A diferencia del Sánchez Pizjuán, el campo verdiblanco no se le dio bien al Almería. En 2007, también caía por 3-1.




Recibimiento El último desplazamiento del año no pudo tener mejor comienzo para los jugadores. A mediodía, la expedición llegaba al hotel de concentración, muy cerca de Sánchez Pizjuán, donde le esperaba un nutrido grupo de aficionados, que después de comprar obsequios en los puestos de venta de la tribuna del Benito Villamarín, pusieron rumbo al hotel del conjunto de Francisco.
Era una final, y el apoyo a los futbolistas no podía faltar por parte de unos incondicionales que madrugaron para estar en Sevilla. La foto de rigor, en los exteriores del campo, fue una de las más especiales, marcada por la historia bética y el frío que hacía en Sevilla a primera hora de la mañana.
Ahora la afición, como el equipo, se toma un pequeño descanso antes de afrontar un nuevo año, que debe ser el de la permanencia.






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