Será mañana cuando Leo Messi y Luis Enrique acaben de perfilar la participación del crack argentino en el Clásico del sábado. El futbolista, lesionado desde el pasado 26 de septiembre (sufrió ante Las Palmas una rotura del ligamento colateral interno de la rodilla izquierda) se ve fuerte y con confianza, mientras que el preparador y sus ayudantes valoran seguir con el protocolo habitual, el que hace que los jugadores que reciben el alta el día antes del partido vayan entrando poco a poco en el equipo y disputen a lo sumo la media hora final.
El problema, ahora, puede ser frenar al jugador, que fue recuperando sensaciones durante la última semana. El pasado jueves Messi se incorporó a las sesiones de grupo y comprobó cómo el esfuerzo realizado hasta entonces y la terapia llevada a cabo por sus hombres de extrema confianza (el fisioterapeuta argentino Luis García y el masajista Marcelo d’Andrea) dieron el resultado esperado. Messi ya golpea la pelota con violencia, físicamente está más que apto para aguantar un partido como el Clásico y su presencia daría aún más confianza al líder, que ha sabido contrarrestar su ausencia agarrándose a los 16 goles conseguidos por Neymar y Suárez en la Liga.
Las muletas. Desde hace ya varios días, Messi ni las mira. No las toca ni para descansar la pierna, como necesitaba semanas atrás cuando acababa la recuperación o bien la articulación era masajeada. Hace vida normal. Catapultado por la ilusión de regresar al Bernabéu, un estadio que se le da bastante bien, el jugador es consciente de que a la mínima molestia que sienta debe comunicarlo de inmediato; el Barça llega con ventaja en la clasificación (27 puntos por 24) y las urgencias a día de hoy no existen en el Camp Nou. Así, el del sábado será su 11ª participación en un Clásico liguero en la casa del Madrid. Ojo a sus números: ocho goles y cinco asistencias en las cinco victorias, un empate y cuatro derrotas en Chamartín, la última el pasado curso (3-1), aunque todo pudo cambiar mucho si Iker Casillas no hubiese sacado un pie milagroso para evitar un gol seguro (el marcador era 0-1).
‘Táctica Calderón’. Pese a que la ilusión por volver a jugar es evidente, siempre hubo un plan inicial y no es descartable que se repita. Tal y como sucedió el día que los culés visitaban el Calderón (12 de septiembre), Messi sólo disputó la última media hora de partido. Venía de estar casi dos semanas concentrado con Argentina y el día que pudo ejercitarse con sus compañeros, recibió permiso de Luis Enrique para ausentarse; nacía su segundo hijo (Mateo) y estuvo presente en el parto. Viajó sin entrenarse y en el ratito que participó revolucionó el partido, consiguiendo uno de los tres goles que lleva en Liga hasta ahora.
“Se le ve muy bien, con hambre, muy animado, eso no ha cambiado, pero no sé si lo alinearán de inicio. Veremos. Eso ya es cosa del entrenador”, aseguraban ayer dentro del vestuario. “Intuimos que anda hambriento por todo lo que ha pasado con él por los temas de Hacienda; sabe que es el lugar ideal para expresar su rabia a todo lo sucedido en los últimos tiempos, aunque con esta lesión debe ir con cuidado”, insistían.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/6/deportes/94804/messi-pasa-una-prueba-para-saber-si-es-titular