Abandonados por el Partido Popular

José Luis Sánchez Teruel
01:00 • 14 feb. 2016

La crisis de precios que está padeciendo la agricultura almeriense como consecuencia la excepcional climatología que estamos sufriendo no es el único problema, desgraciadamente, al que se enfrenta el sector. Existen otros muchos que inciden directamente en la rentabilidad de sus producciones, como es el caso del injusto reparto que realizó el Gobierno de Rajoy de las ayudas de la Política Agraria Común, del ‘tarifazo’ eléctrico que impuso a los regantes, o la discriminación por las bonificaciones en el precio del agua desalada que aprobó para los agricultores de Murcia y Alicante, mientras que se ha negado a hacer lo propio en nuestra provincia, pese a que la sequía, como es por todo el mundo conocido, es estructural en Almería. 
En ese contexto, resulta también lamentable que tengamos una infraestructura como es el caso de la desaladora del Bajo Almanzora que sigue inutilizada desde 2012, cuando las riadas que afectaron a la comarca provocaron su rotura. Los socialistas, a través de una  iniciativa que hemos registrado en el Congreso de los Diputados hemos exigido que se repare cuanto antes, puesto que a pesar de que en los Presupuestos Generales del Estado se han estado contemplando inversiones destinadas a su arreglo, no se ha ejecutado ninguna obra.
Han pasado ya tres años y medio desde aquellas lluvias torrenciales y los agricultores no pueden ser los perjudicados por la falta de diligencia del Gobierno central. Más allá de lo que  la justicia determine sobre la sombra de corrupción que se cierne por los sobrecostes que se pretendían establecer desde Acuamed para su puesta en servicio, la obligación del Gobierno cesante de Rajoy es tomar cartas en el asunto de una vez por todas.
De la misma manera, es necesario poner a pleno rendimiento la desaladora del Campo de Dalías, lo que permitiría, además de garantizar agua para riego y abastecimiento humano, revertir la grave situación de sobreexplotación que sufre el acuífero del Poniente almeriense. 
Como decía al comienzo de esta columna, Almería, sufre los rigores de una mala campaña agrícola, y eso es algo difícil de manejar, si tal y como se apunta la subida de las temperaturas será algo a lo que nos tendremos que acostumbrar. Sin embargo, a lo que no podemos rendirnos ni acostumbrarnos es al castigo al que nos hemos visto sometidos por la dejadez del Gobierno del PP, que en ningún momento ha creído en esta tierra, que la ha machacado con sus decisiones y que ha sido incapaz de atender o solucionar los problemas más acuciantes de un sector productivo esencial para nuestra economía. 


 







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