Confieso que me apasionó el debate matutino entre los cuatro principales políticos del país dentro de la sesión parlamentaria de investidura que acabó como tenía que acabar: en no investidura. Acostumbrado a largas confrontaciones en eternos debates sobre el estado de la nación y en investiduras anteriores, he de reconocer que la irrupción de los emergentes (incluyendo a Sánchez entre ellos) y la socarronería de Rajoy animó una mañana muy movida, y muy instructiva, en la Cámara Baja. Saqué, aquí lo escribo casi a vuelapluma, cinco conclusiones que reproduzco:
Rivera estuvo más ‘en candidato’ que Sánchez. El presidente de Ciudadanos no cometió el error, en el que sí incurrió Sánchez, de convertir la sesión en un ‘cuerpo a cuerpo’ con Rajoy. Ni tampoco con Pablo Iglesias. Fue más contundente a la hora de defender el acuerdo suscrito entre su partido y el PSOE y se mostró más confiado, ya se sabe que de cara a la galería, en las posibilidades de que este intento de formar Gobierno les salga bien... en algún momento posterior, contando con un giro en las decisiones del PP.
Gran coalición Iglesias demostró talla parlamentaria y vocación por ser la ‘única’ oposición a la ‘gran coalición’. Claramente, el secretario general de Podemos no quiere pactar con el PSOE, ni yo estoy del todo convencido de que los socialistas ahora lo pretendan tampoco ‘de verdad’. Pablo Iglesias, que es un parlamentario mitinero y lleno de guiños a la espectacularidad, quiere, me parece obvio, empujar una gran coalición Partido Popular-PSOE-C’s que le deje solo como feroz oposición a un estado de cosas ‘tradicional’. Sin duda, ante unas nuevas elecciones, y con una muy probable alianza preelectoral con Izquierda Unida, Podemos se haría más fuerte.
Esa ‘gran coalición’ pareció aún más lejana que nunca este miércoles. Pero sigue siendo la única salida razonable al actual bloqueo político. Se intentará, y Rivera será quien lidere los intentos, nuevamente a partir de la semana próxima, quién sabe si con relevos en una o en ambas cabezas de los dos principales partidos nacionales.
El error de Rajoy Rajoy perdió la oportunidad de presentar un ‘contraprograma’ o, mejor aún, de sumarse a las líneas fundamentales del programa ‘PSOE-Ciudadanos’. Estuvo, sí, gracioso y socarrón en sus ataques a Pedro Sánchez, y no menos cierto es que no le competía a él ser quien presentase una alternativa programática de Gobierno, pero debió, acaso, mostrarse algo más constructivo. Por el contrario, mostró nuevamente su rostro más refractario a los cambios y, más aún, al Cambio que parecen estar pidiendo los electores.
Cuando, el próximo viernes, se repita la votación, el resultado será el mismo que en la primera. Pienso que han quedado desautorizados los rumores que hablaban de un posible ‘viraje’ de Podemos, aceptando abstenerse en la votación a Sánchez para no incluirse, junto con el PP, Bildu y los independentistas catalanes, en el ‘club del no’. Así, a partir del lunes, día 7, comenzará la búsqueda de nuevas alianzas y tal vez de nuevas estrategias que eviten algo que todos, pudimos comprobarlo en estas dos jornadas de pasillos parlamentarios, tememos que cada día sea una posibilidad más real: la repetición de las elecciones.
Pero muchas cosas han de pasar aún de aquí a ese 3 de mayo en el que, irremisiblemente, habrán de convocarse las elecciones si no se ha registrado un acuerdo de aquí a entonces.
Por tanto, ¿ha servido de algo la doble jornada de debate de investidura? Creo que sí: hemos detallado programas -el de PSOE-Ciudadanos--, hemos visto y calibrado talentos y talantes, hemos potenciado el Legislativo como plataforma del debate político. Y hemos, lo decía al comienzo, asistido a una sesión bien animada, por cierto. Menos da una piedra en este secarral político que empieza a resultar España...
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Fernando Jáuregui