Desde que comencé estas notas aceleradas y poco finas -más de medio siglo me contempla- estoy oyendo hablar de un PSOE roto entre críticos y moderados. A veces el malestar interno adquiere el nombre de batalla del promotor que es el que verdaderamente se siente molesto. De ahí que también hablemos de felipistas y guerristas aprovechando los problemas concretos de una época determinada. En realidad si hay algo claro en la historia del socialismo en España es que siempre hubo diversas maneras de entender la acción del partido como fruto de la libertad de pensamiento. En un principio no creo que fuera el éxíto electoral y por ende la consecución del poder político el objetivo primero de Pablo Iglesias al fundar el partido socialista. Antes que todo eso había que crear una conciencia de clase entre los trabajadores, había también que procurarles una vida digna con casas del pueblo para la formación, la lectura y el descanso. El éxito electoral vino después de cien años de honradez, como tantas se repitió con las ascensión de la Moncloa de Felipe González. Ahora todo es augurarle desgracias sombrías al socialismo si no sigue los consejos pactistas de Rajoy y colabora con el PP. Dicen que hasta puede desaparecer del mapa después de que se conozcan los resultados en Galicia y País Vasco. Mientras tanto no se habla de cosa enlos medios. ¿Qué hará Pedro Sánchez? ¿Se dejará convencer por la sabia astucia de los barones? ¿Seguirá las insinuaciones nada claras de Susana Díaz¡ ¿Tendremos incluso una gestora, como afirman altimamente algunos sofisticados comentaristas? Miren ustedes. Hay algo en el socialismo que no se muda, y es la idea de hacer de la sociedad un todo para la igualdad de los individuos. Mientras no logremos el Estado del bien estar para todo el mundo será tiempo de agruparse para la lucha final. Lo que, en contraposición, la derecha lo sabemos desde hace tiempo. Acusarán a Pedro Sánchez de buscar solo su propia ascensión. Dirán también que la obstinación socialista está retrasando proyectos ineludibles como los nuevos presupuestos, el techo de gasto etcétera. Vamos a ver qué sale de la próxima reunión de la Ejecutiva federal convocada. Entonces sabremos dónde quedan los críticos a la sombra que nunca arriesgaron nada por el el progreso del pueblo.
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