Los juicios

Casi toda la prensa escrita y gráfica de este país anda  estos días echando peonadas extra sobre el juicio de  la Gürtel al que se le une también Black y Púnica. Alguien ha dicho que lo que aparece en el banquillo es la era de Aznar y de Rajoy. La  entrada de la Audiencia Nacional se atasca  hoy de exministros, exconsejeros, empresarios, currinches, concejales logreros y demás gentes oscuras del soborno para el enriquecimiento ilícito. Qué distintas las fotos  de los primeros Gobiernos del PP. Allí aparecen los ministros radiantes, alegres, con  la convicción de que “España va bien”. Ver  ahora a Rato entre los guardias, delante de un coro de preferentistas gritándole chorizo yladrón, produce pena. Al final la mejor lectura es todavía el Libro de Job que nunca se hizo demasiadas ilusiones sobre el puto polvo que somos. Rajoy, siempre dispuesto a salvar a los que le votaron, dice que la corrupción es una excrescencia de la naturaleza  humana. ¡Coño con la escrescencia! ¿ Cuántos siglos lleva la naturaleza humana yendo a la escuela, al colegio concertado, a los evangelios, para frenar sus impulsos avaros? ¿Cuántas leyes de educación   no habrán sido necesarias para el gobierno de la sociedad mediante la división de poderes?. También a la naturaleza  humana se le podría someter a ejercicios espirituales, tal como ha presumido tantas veces la derecha de este país. Aquí lo primero que hicieron fue cargarse la ley de educación para la ciudadanía y ya ven la limpieza de costumbres que aparece en la calle de vez en cuando. El 87% de los españoles cree que la corrupción es nuestro principal problema  después del desempleo. Y ahí tenemos al PP dispuesto a gobernarnos como si nada pasara. Sin duda la crisis del PSOE le ha venido a ver. Ahora Rajoy hasta intenta apretarle las tuercas a la gestora que no se aclara la pobrecita con la abstención o con otras cosas.
En otra parte, la corrupción del PP hubiera sometido al partido a un ayuno cuaresmal  de mucha intensidad. Aquí nada. El PP no está en crisis, son los otros. Es la estabilidad del recorte y la desigualdad, la llamada permanencia de lo mismo nuestro sino en el tiempo.