Lista de heridos, que no muertos, del desbloqueo político

Pedro Sánchez es el primer caído del desbloqueo de la situación política pero no el único mal herido. Con la investidura de Rajoy terminan tr

Manuel Campo Vidal
01:00 • 30 oct. 2016

La emocionada declaración de Pedro Sánchez al dimitir como diputado, confirma que ser secretario general del PSOE es profesión de riesgo, por encima del paracaidismo, los bomberos o las tropas de asalto. Se acabó el sueño de ganar ese puesto, y mantenerlo, como un paseo militar. Sánchez traía un pecado original: ganó en su día, sin duda por su esfuerzo recorriendo España, pero también porque lo ayudaron desde Andalucía para que le guardara la silla a Susana Díaz. Sus problemas serios comenzaron cuando anunció que iba a primarias como candidato a Presidente porque eso no estaba en el guión que le habían escrito. Ahora vuelve a la casilla de salida, más débil, pero con las fuerzas saneadas. Puede ser que en el próximo congreso no gane, aunque está por ver, pero sus contrincantes deben ser conscientes de que han creado un mártir. 
Es el primer caído del desbloqueo de la situación política pero no el único malherido. Susana Díaz sabe que hay 90.000 militantes que han firmado contra la operación derribo de Sánchez y que 16.000 de los que se han atrevido a dar la cara con su DNI son andaluces. Aun así podría ganar el  congreso, pero de aclamación, nada. Cualquier tercero con aspiraciones, como Eduardo Madina, por ejemplo, entiende también que será una batalla campal. “Lo mejor sería uno nuevo que ayudara a superar el dilema Pedro-Susana y con capacidad para unir el PSOE”, estima un  promotor de las firmas que centralizó el Alcalde de Jun. En esa dirección las quinielas señalan a Patxi López, que no es nuevo pero mantiene su prestigio, y a Josep Borrell que arrasó en su día pero después lo devoró el aparato. Quien de el paso al frente, sabe que le espera un infierno.
La crisis del PSOE ha dañado también el prestigio de Felipe González que pareció lanzar, con su entrevista en la SER, la orden de asalto contra Sánchez, como si se tratara de la canción Grandola Vila Morena de los militares demócratas portugueses, Y sin duda a Juan Luis Cebrian, presidente del El País, citado en la tribuna del Congreso por Pablo Iglesias. Nada es gratis.


Fin del bipartidismo Con la nueva investidura de Rajoy terminan 38 años de bipartidismo y uno de bloqueo. Entramos en una nueva etapa en la que están por resolver demasiados interrogantes: qué pasará en el PSOE y quien lo liderará, o cómo terminarán las dos almas de Podemos que el propio Monedero reconoce. Además, que no es poco, saber si Rajoy logrará ser un nuevo Rajoy aplicando los conceptos “diálogo” y “pacto” manejados en la investidura.
Pero el debate mostró también la tensión Ciudadanos-Podemos que será uno de los ejes políticos de la nueva legislatura. Entre el viejo bipartidismo y la nueva política, los ciudadanos optaron por un esquema a cuatro partidos, más un quinto que sería el conglomerado nacionalista. Iglesias trató de buscar la confrontación solo con Rajoy para asentar la idea de que ya es el líder de la oposición. Y lo será mientras el PSOE no tenga líder, que después ya se verá. SIn embargo, Albert Rivera marcó bien las diferencias con Podemos en un brillante pasaje de su discurso. “Mire, señor Iglesias, este recibo de autónomos es una pancarta. Y esta factura de libros escolares, otra ...” Rivera sostiene que la solución a esas pancartas están incluidas en el paquete de acuerdos con el Partido Popular para facilitar la investidura. Frente a las pancartas en abstracto de Iglesias, las pancartas de la concreción de Rivera. Si logra reformas prácticas e inmediatas y la ciudadanía percibe avances, el presidente de Ciudadanos ganará ese pulso con Iglesias, artista sin par, cuyos discursos son ya previsibles. Sabíamos que incluiría una frase gruesa y un gesto teatral. 
Y no defraudó: “Hay más delincuentes potenciales aquí que en la calle”, dijo en sustitución de la “cal viva”. Y sorprendió con el abandono del hemiciclo, como en su día utilizó el bebé de la Bescansa o el beso en la boca con Xavier Domenech. Tenemos política y espectáculo  garantizados. ¡Arriba el telón! que llevamos retraso.







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