Cuarenta años aun vivos

No me gusta hablar de temas nostálgicos pero hay fechas que aunque pasen muchos años. permanecen  vivas y sangrantes. Una de ellas es la Matanza de Atocha que hoy cumple cuatro décadas. Dice Antonio Gutiérrez que la libertad de los pueblos está jalonada de crímenes y asesinatos y nuestra democracia, por mucho que se haya escrito sobre su advenimiento casi milagroso, costó también sangre, sudor y lagrimas. Hoy hace cuarenta años ( 24 de enero de 1977) que una banda de pistoleros forajidos de la ultraderecha entró como el huracán en el despacho de Atocha 55 matando a cuatro abogados y un adminitrativo, y dejando heridos a unos cuantos más. La historia de la Transición española hubiera sido distinta de no haberse dado esta atroz circunstancia. Los abogados laboralistas pertenecían a Comisiones Obreras y por consiguiente eran afines al PCE, fans de lo que se estaba entonces incubando en España que era la derrota del franquismo y la llegada de la democracia, Aquí se encendería la mecha del odio en Puerto Hurraco que es como decir  en todas partes donde ha corrido la sangre fratricida. La actual alcaldesa  de Madrid, que era entonces también abogada laboralista, lo puede contar ahora gracias a un azar fortuito, aquel día. dicen, no acudió al trabajo. Los autores de este inmenso crimen creían que tras su asalto vendría el aplauso unánime de toda la derecha franquista. Pero no fue así. Los españoles reaccionaron von visión de izquierdas. Santiago carrillo, el hombre más odiado desde Caín y Abel, ascendería a lo que ahora pensamos de su figura historica, que es junto con Suarez, el padre de la reconciliación nacional tras la guerra civil y un fime puntal de para la implantación de la democracia. Estudiantes, obreros, gentes con visión de futuro, sacerdotes de una renovada iglesia, y militantes de las mil agrupaciones políticas de entonces, condenaron el hecho criminal saliendo a la calle en una de las mayores manifestaciones que se recuerdan. “Si los salvapatrias- afirma de nuevo Antonio  Gutiérrez, buscaban una reacción desesperada a los crímenes, tuvieron la contraria”. Y ahora vamos todos por las alamedas de nuestra ciudad cantando la paz y alegría de vivir gracias sobre todo a aquel suceso que todavía se mantiene vivo.