Mientras cae la nieve...

El gran Goethe exhaló el último suspiro coincidiendo con su grito célebre en horas de confusión : “Luz, más luz”. Algo semejante hemos gritado también los españoles. Menuda tabarra nos venido dando los técnicos con el llamado “coeficiente energético” Se daba la paradoja de que suben el precio de la luz l cuando más falta nos hacía en nuestros hogares. Sin embargo en compensación hemos visto cosas ya olvidadas pero entrañables. Por ejemplo, en una provincia como Almería famosa por la poca lluvia y la mucha sequía apareció la nieve. Preciosos pueblos y preciosas calles con niños celebrado con júbilo la maravilla de los cielos. Dicen que la nieve ha incrementado el turismo, ha adelantado la exhalación de los almendros. Los sabios del `pueblo auguran un buen año para el campo al tiempo quela televisión nos va mostrando paisajes desconocidos que parecen de otros hemisferios. La nieve hacía de maestra en no poco sitios y salieron a relucir las viejas herramientas de otras épocas. ¿ Recuerdan el brasero de picón? ¿ Recuerdan a toda la familia reunida al calor de la chimenea.? Allí se contaban historias, se hacían contratos, se pasaba la velada comiendo las confituras horneadas el pueblo- Y todo ello viendo caer la nieve, esa cosa que parece venida de otro planeta y que los poetas saludan como el perdón de los dioses contra las fealdades de la Tierra.
Pero a pesar de tanta belleza natural, el precio de la luz  sigue subiendo. “ En el marcado mayorista, es decir para 46,5 de los usuarios, superará hoy , miércoles los 100 euros” . Veremos qué dice el ministro de Energía, Álvaro Nadal en su anunciada comparescencia del Congreso de los Diputados. Como ocurre casi siempre, el ministro está a la espera del consabido uniforme de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia para conocer los precios de precios así como las martingalas de los operadores. Pero al margen de lo que digan los técnicos, nadie nos podrá quitar el espectáculo de la naturaleza traspasando la razón comercial y haciendo la felicidad invernal de viejos, mayores y niños. A las grandes empresas negociadoras de la subida hay que recordarles que el coeficiente energético no es un artículo de lujo.