Multitud de caras conocidas del mundo del arte, en especial de las plásticas de nuestra ciudad, se dan cita en el Patio de Luces del Palacio Provincial. Una nutrida muestra de la obra de Luis Cañadas nos da la bienvenida. Y eso es lo primero que percibo. Un artista prolífico y por ende un enamorado de su trabajo se asoma a cada paso. Óleos, aguatintas, mosaicos... dan una idea sobre la intensidad, cantidad y calidad de este almeriense, Luis Cañadas. Cuentan quienes lo conocieron que toda su obra es un espejo de su poesía personal.
Retratos de una época Como tantos almerienses, confieso que en mi infancia nunca supe quién era el autor de aquellos frescos costumbristas que nos recibían y despedían en las estaciones de autobuses o de tren de nuestra capital. Pero sí puedo rememorar cómo en cada viaje que emprendí, había al menos un instante donde era inevitable dedicarle una mirada a aquellos murales de manera más o menos profunda.
Porque el sentimiento que traslucen todos los retratos de la sociedad de la época, dan una idea de la sensibilidad del autor. Los novios despidiéndose al pie de la pasajera, un señor con el periódico Yugo que le asoma por el bolsillo, un cura subido en una Vespa, transmiten el ruido de las calles de los años dorados de la España donde Cañadas vive su plenitud.
Todos estos personajes parecen conversar eternamente sobre las historias de un país en blanco y negro y que él supo retratar en color. Una sociedad austera y arraigada al sentimiento, podría ser el nexo que comunica sus retratos.
Poner en valor la afectividad en medio de los barrios humildes como La Chanca, el ajetreo de las mujeres en un día de mercadillo, o el original derribo, donde una excavadora parece arremeter contra la ruina de dos ancianas enlutadas entre la polvareda, son tan solo una muestra de su sensibilidad.
Semblanza de un artista Luis Cañadas (Almería,1928-Madrid, 2013). Como nos recordaban el diputado de Cultura, Antonio J. Rodríguez, así como la comisaria de la muestra y la autora del libro, la historiadora de arte María Dolores Durán, estas exposición y publicación, patrocinadas por la Diputación Provincial, nacen de la mano porque faltaban en nuestro acervo cultural. Un texto que diera a conocer en profundidad a Luis Cañadas no tenía espera, cuando se acaban de cumplir cuatro años de la muerte del artista.
La necesidad de saber quién era el artífice de los retratos que salpican nuestra ciudad y otras muchas de España y Portugal, hermoseando con su alma plástica nuestra visión de lo cotidiano, queda satisfecha en ‘Luis Cañadas, la poesía de la pintura indaliana’.
El libro ha sido prologado por Juan Manuel Martín, director del Museo de Arte Doña Pakyta, espacio natural de los pintores indalianos. La obra recoge serenas reflexiones y sentimientos de un hombre sencillo, de sonrisa franca y abierta, que sugería cercanía y familiaridad, nos cuenta con emoción María Dolores Durán.
Que fuera alumno de Celia Viñas y de la Escuela de Artes, e integrante del grupo de jóvenes llamados por Perceval para materializar en arte los principios intelectuales del Movimiento Indaliano, es su carta de presentación. Esbozo rotundo de su propio retrato que quedará indeleble para la historia de las Artes Plásticas, en especial de la de nuestra ciudad.
Hermanos poetas Su hermano Aureliano Cañadas, venido desde Madrid ex profeso para participar de esta noche inolvidable, toma la palabra como broche de oro del acto. Casi no puede hablar y consciente de este hecho, nos dice que por eso no ha preparado ningún discurso. Disculpa la ausencia de la única hija del artista, María Cañadas, quien no obstante visitará la exposición próximamente. Recuerda su otra faceta como escritor con su única publicación, en una recopilación de cuentos que el Instituto de Estudios Almerienses en 2010 sacó a la luz de la mano del entonces director de la institución, Miguel Naveros.
A propósito de su libro, encuentro por las hemerotecas su voz en aseveraciones que tienen mucho que ver con la pasta de que está hecho el artista. A mí me pasa en literatura como en pintura, que creo que muchas veces lo que transmite una obra literaria o una pintura es superior a su perfección de tipo técnico. No creo mucho en las técnicas. También habla de su amado hermano, inspirador de sus relatos con sus poemas.
Entonces entiendo a Aureliano, quien aparece como retrato vivo de Luis y solo quiere tomar la palabra con la poesía que escribió a propósito del profundo sentimiento de pérdida que sobrelleva, cuando observa la luz de la tarde o la profundidad de la noche desde los Jerónimos de Lisboa… Y todo le parece ya carente de brillo, sin la mano querida que sepa traducirlas.
La exposición ‘Luis Cañadas, poesía de la pintura Indaliana’ puede visitarse en el Patio de Luces de la Diputación de Almería del 15 de febrero al 10 de marzo de 10 a 14 y de 17 a 21 horas y los sábados de 10 a 14 horas.
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