He de empezar diciendo que el pasado miércoles no pude estar en la concentración promovida en Puerta Puchena por la Plataforma pro ferrocarril de Almería. Una ligera indisposición me lo impidió como tampoco me permitió acudir a mi trabajo, una licencia que rara vez me permito.
Pero sí estuvo mi familia y mis amigos de Almería, que también son mi familia, y la verdad es que el comentario más generalizado fue de absoluta desilusión por la escasa asistencia, confirmación que pude ver en la prensa local del día siguiente cuantificando la asistencia de unas, más o menos mil personas, número habitual hasta ahora, en este tipo de movilizaciones en Almería.
Bien es verdad, que el ‘leiv motiv’ principal de la concentración era el de exigir de una p… vez trenes sin límites de accesibilidad para personas con algún tipo de discapacidad. La oportunidad, sin embargo, se brindaba mucho más ambiciosa conociendo las noticias que llegan desde los cuarteles generales de las empresas constructoras y del propio Ministerio de Fomento, tampoco excesivamente presionado por los políticos almerienses del Congreso, en los debates para negociar un texto conveniado en una proposición no de ley en apoyo de ese ferrocarril decimonónico.
Cierto es que hubo políticos en la concentración, pero estas pequeñas actuaciones (también de los ciudadanos) puedan ser suficientes, sobretodo viendo los antecedentes existentes. Creo sinceramente que la movilización del día 22 no va a estimular a muchas conciencias ni va a poner nervioso a ningún Gobierno. Que una provincia con 700.000 habitantes solo logre poner en la calle a mil de ellos habla de desidia ciudadana o de la seguridad de que con estas movilizaciones no alcanzaremos ningún resultado positivo.
No me resisto a recordar lo que han logrado otras movilizaciones, en este y en otros temas como el Sanitario, y en otras provincias como Granada, en donde los ciudadanos han conseguido cambiar no solo planes, si no también Leyes formalmente promulgadas. ¿Por qué es una utopía que en Almería pudiésemos hacer algo semejante?
La gravedad se acentúa con la anulación de contratos de proyectos de tramos de AVE y el retraso de algún tramo contratado, por problemas seguramente justificables para la empresa, pero insuficiente para los ciudadanos, puesto que las empresas lo que quieren hacer, su razón de ser, es el trabajo, pero obviamente, con las garantías adecuadas.
He tenido oportunidad de estar muchos años en política municipal con alto nivel de responsabilidad y sé lo difícil que puede ser culminar un proyecto, pero siempre se iban viendo avances y logros razonables con el condicionante necesario de los presupuestos.
Lo peor es que en este aspecto en el tema ferroviario no se ha avanzado nada desde hace casi cuatro años, y para ello no se ha dado, ni se dan explicaciones suficientes.
No, no es suficiente lo que hacemos. Debemos dar pasos adelante cada vez más decisivos y contundentes hasta hacer ver que Almería también existe.
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