De la misma manera que se ha impuesto la barbaridad lingüística de “violencia de género”, podríamos incorporar la de “hipocresía de género... político”, según el hipócrita sea de un sexo o de otro, incluso de uno u otro partido.
Los grandes problemas -pensiones, reforma de la enseñanza, déficit.. etcétera- quedarán sin resolver, pero entre los periodistas y los políticos no ahorraremos esfuerzos en dedicarnos a las más variadas gilipolleces, desde el cambio de rotulación de las calles hasta la suspicacia feminista en el más normal de los anuncios publicitarios.
La penúltima localizó el epicentro en el Ayuntamiento de Alcalá de Henares, donde a un funcionario jubilado le ofrecieron la actuación de una srtripper. Parece que las calles de Alcalá no se han hundido, que la Universidad sigue en pie, pero desde la derecha se ha acusado al municipio de falta de rápida reacción, lo cual es verdad, puede que debido a que el ayuntamiento está regido por Podemos, ese partido que va a terminar con el machismo en España. Es cierto que si la alcaldía hubiera estado bajo el mando del PP hubiéramos escuchado lo de “la vuelta de la caverna”, “el fascismo machista” y otras sutilezas de alto calado intelectual, pero el pequeñísimo suceso, porque tuviera lugar en unas dependencias municipales, fuera de horario laboral, tampoco es para organizar una cruzada.
La minucia ha dado mucho de sí, y los tontos nos sentimos arrastrados por la hipérbole. Porque, vamos a ver, cuando una “progresista” asiste a una despedida de soltera de una amiga, y contratan a un bien dotado macho ibérico ¿eso qué es? ¿Machismo feminista? ¿Violencia moral de género? ¡Qué estúpidos somos por ser cómplices de tanta burda hipocresía!
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