El fuero y el huevo

Fermín Bocos
01:00 • 30 mar. 2017

En política todo es líquido, provisional. Hasta ayer, los dirigentes nacionales del PP (Martínez Maíllo, Rafael Hernando, Pablo Casado) defendían con aparente convicción la continuidad de Pedro Antonio Sánchez como presidente de Murcia.
En horas veinticuatro las cosas han cambiado y todo indica que a Sánchez le quedan tres telediarios.
Por decirlo siguiendo el argot televisivo serán sus correligionarios del PP quienes le “enviaran a negro”. Atentos, pues a la pantalla porque sí Ciudadanos (Albert Rivera), decide apoyar la moción de censura presentada por el PSOE de Murcia, a Sánchez le dejarán caer para evitar “in extremis” la pérdida de la Presidencia de la región.
Hasta ahora, desde Génova 13, habían mantenido que Sánchez debía aguantar porque solo estaba siendo investigado bajo sospecha de presuntos delitos de corrupción en el llamado “caso Auditorio”, pero no había llegado a juicio. El juicio oral -decían- era la línea roja. Le sostenían a sabiendas de que Sánchez había firmado un pacto con Ciudadanos comprometiéndose a dimitir en el caso de ser imputado. Pero no lo hizo. Se resistió. A incumplir su palabra, por cierto, le han ayudado una gavilla de entregados tertulianos muy dotados para la discernir la diferencia entre la palabra dada y las circunstancias concurrentes. Tal parece como que además del fuero, lo que estaba en juego era el huevo.
Cuesta entender la cerrazón de la dirección nacional del PP visto que desde Ciudadanos se declaran dispuestos a mantener el pacto con ellos si Sánchez dimite y presentan a otro candidato. En Murcia, con sus 22 escaños, los populares son la fuerza mayoritaria y dispone de otros políticos capaces y limpios de señalamientos judiciales.
La posibilidad de que Ciudadanos, hartos de tanto ninguneo, decida apoyar la moción de censura presentada por los socialistas parece que habría sido el detonante del cambio de táctica por parte de la dirección del PP. Como decía, si Sánchez resigna el cargo un minuto antes de iniciarse el debate de la moción de censura, el PP, con otro candidato conservará la presidencia de Murcia. Ya se sabe que el objetivo de los políticos es el poder, no la verdad. En esta historia hay de todo menos ejemplaridad. Ante casos como este se entiende por qué en las encuestas del CIS los políticos salen tan mal parados.







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