¡Guapa, guapa y guapa!

Emilio Ruiz
23:45 • 22 abr. 2017

Que la sociedad es profundamente machista, eso nadie lo niega. Que se ha avanzado bastante en los últimos años, eso, tampoco. Que aún queda mucho por hacer, pues igualmente. Pero hoy quiero detenerme en el concepto del micromachismo, que con tanto acierto ha estudiado el psicoterapeuta Luis Bonino. Los micromachismos, dice, son manifestaciones sutiles, que a menudo nos pasan totalmente inadvertidas, de machismo. “Es la facilidad con que se camuflan estos micromachismos donde reside su peligro, porque genera un daño invisible hacia el sexo femenino y hacia todo aquel que no se adecue al rol de género que socialmente se le ha asignado”. ¿Es micromachismo un piropo? “Los piropos siempre son una actitud violenta, aunque sean muy encantadores”, opina Bonino.
¿Y a cuento de qué viene esto? Pues viene a cuento de algo que acabo de ver en el Facebook de la concejala de Almería Inés Plaza. Inés es una política inquieta y preparada políticamente y académicamente. La mujer ha decidido cambiar su foto de Facebook para colocar otra más institucional, más identificada con su labor municipal (al fondo aparece la imagen corporativa del Ayuntamiento). ¿Qué reacción ha producido este cambio en el grupo de seguidores de Plaza? Pues ésa es la cuestión: ni uno solo de los comentarios destaca su labor política, sino exclusivamente su aspecto físico. Veamos algunos ejemplos de estos comentarios:
Ani Palma Córdoba: “Guapísima”. María Luisa Seoane Rosa: “Muy guapa”. Estefanía Martín: “Bella”. Mar Bono: “¡Guapísima!”. Carmen Mari Torres Cañadas: “¡Preciosa!”. Antonia Martínez Guirao: “Estás guapísima”. María Cayetana Vicente Arcos: “¡Qué bonita eres!”. José Luis Martínez Martínez; “Guapísima, Inés”. John Smith: “Guapa, Inés”. Sali Iribarne Sánchez: “Te pasas de guapa”. Felipe López Redondo: “Espléndida”. María Dolores Soler Ortega: “Guapísima, mi niña”. Baldomero García Mañueco: “¿Dónde vas tan guapa?”. María José Carmona García: “¡Guapaaaa!”. Encarni Arcos Vicente: “Qué guapa...”. Mónica Hernández Cubillo: “¡Guapísima mi Inés! Clara Inés Rodríguez Foruria: “Qué guapísima. Un besico”. Carmen del Castillo: “¡Muy guapa!”. Jesús Vara Hernández: “¡Guapa!” María Jesús Vicente Arcos: “Guapaaaa”. Carmen Carmona García: “Estás guapísima”. Trinidad Cabeo Rodríguez: “¡Muy guapa!”.
¿Este abanico de piropos al aspecto físico de Inés Plaza hubiera sido el mismo si en vez de concejala fuera concejal? Creo que no. He hecho un ejercicio de comprobación. He ido a ver las reacciones que se produjeron el día que su jefe de grupo, Juan Carlos Pérez Navas, cambió la foto de su perfil. Juzgue el lector: Luis Pérez: “Un político ejemplar”. Mar Díaz: “Enhorabuena”. Blanca Estela Muñoz Castillo: “Felicitaciones, don Juan Carlos, se lo merece eso y mucho más”. Carmen Soler Moreno: “¡Adelante y a seguir luchando!”. Mercedes Martín Salmerón: “Enhorabuena, compañero, un abrazo”. Blanca Estela Muñoz Castillo: “Siempre don Juan Carlos, sabemos que es el mejor político, porque velará por los intereses de los almerienses”.
La disparidad de reacciones es evidente. Mientras los ‘amigos’ de Inés destacan su aspecto físico, ninguno de Juan Carlos se entretiene en ese particular. ¿Será porque el portavoz socialista es físicamente poco agraciado? No, es por ese micromachismo que nos invade y que tanto nos cuesta desterrar.







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