Rentabilizar los "carriles bicis" con el alquiler de bicicletas inteligentes

Juan Torrijos
01:00 • 05 may. 2017

Las bicis serán inteligentes, nuestros políticos lo pongo en duda. Las experiencias que se han conocido, y no hay que salir para de ello de Almería, no han dado el resultado que se esperaba al ponerlas en la práctica. En el campo de La Cañada se oxidaron a la vuelta de unos meses y en la diputación de muy poco sirvieron. Algún trabajador las usa para ir y venir de casa. Las pagamos entre todos los ciudadanos, pero como el dinero para los políticos no tiene dueño, a gastar sin ningún miramiento. Todo sea por la foto. Nuestro joven alcalde, que se ha visto rodeado de carriles de bici por toda la ciudad por donde no pasa ni un ciclista, ha decidido que la solución es comprar bicicletas y ponerlas en alquiler en distintos puntos de la ciudad. ¡Ah, e inteligentes! Los almerienses y visitantes van a poder alquilar un velocípedo que les va a ir contando la historia de la ciudad por donde pasa, le contará las calorías que va gastando, le informará de sus pulsaciones y de las tapas de los bares por donde circule cerca. ¡Todo un invento ciclista que estábamos esperando los almerienses como agua de mayo! ¡Qué pena, que no lo vamos a tener en marcha hasta finales de año! ¡Una putada, señor alcalde! Lo que serían las noches del verano almeriense, viajando en “bicis inteligentes” de bar en bar por toda la ciudad y con aparcamientos seguros, puede ser turísticamente más importante que las colonias de gatos de doña Inés, otro invento del TBO del que tendremos que hablar un día de estos.
Por cierto, ¿hay demanda entre los almerienses a la hora de alquilar las inteligentes bicicletas del ayuntamiento? Si realmente la hubiera, si los almerienses estuviéramos suspirando por pedalear por nuestra ciudad, no creen ustedes que la iniciativa privada la habría puesto en marcha hace tiempo, o se la habría solicitado al joven alcalde. Lo único cierto es que se gastaron unos cuantos millones de euros en carriles por la ciudad que están abandonados en su gran mayoría, y en vez de reconocer el error de su construcción en algunos puntos, en otros no, intentan la única solución que conocen los políticos, montar otro “garito” para intentar tapar la vergüenza anterior, y como no pagan ellos, a los carriles se va a sumar ahora el costo de las bicicletas inteligentes. ¡Qué país y qué políticos!







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