La guerra socialista

Fermín Bocos
01:00 • 08 may. 2017

La delicada situación por la que atraviesa el PSOE evoca el recuerdo de las guerras civiles de cuando Roma. Un escenario avocado a la destrucción del contrario. Aunque son tres los aspirantes a hacerse con la secretaría general, visto el resultado de la cosecha de avales de cada uno, se ve que la cosa va a quedar en un cara a cara entre Susana Díaz y Pedro Sánchez. Por el camino podría darse una alianza táctica entre éste último y Patxi López, el tercero en esta guerra fratricida a la que nunca debería haber llegado el Partido Socialista.
Un partido centenario que, gane quien gane, corre un serio peligro de división. Porque a la vista de la dureza de los alegatos de Sánchez contra el "aparato" -la estructura que cohesiona territorialmente al partido- no son creíbles sus promesas de reconciliación así que se haya resuelto el trámite de las primarias. Sí la ganadora es Susana Díaz, su previsible llamada para recomponer la unidad y "coser las heridas" caerá en saco roto. El partido está dividido, rotos los afectos, enfrentados los amigos. El resultado de la recogida de avales dibuja un mapa Sur-Norte que por federaciones parece inclinarse a favor de Sánchez, con Cataluña y Valencia en cabeza, aunque Díaz es hegemónica en Andalucía y Madrid. El riesgo de escisión es alto. Si Sánchez vence: "Vae victis ". Hay precedentes (caso Tomás Gómez en Madrid), de su forma de resolver las diferencias con sus antagonistas. El resultado de las primarias del PSOE trasciende de la vida interna de un partido para irradiar consecuencias hacia la política nacional.
Si se impone Susana Díaz, el Grupo Parlamentario Socialista seguirá en la línea que viene actuando desde que gracias a la polémica abstención de los socialistas Mariano Rajoy consiguió la investidura. Oposición dura pero sin ruptura y mirando de reojo a Podemos. Si gana Pedro Sánchez se abrirá un período de inestabilidad en el que no siendo Sánchez parlamentario se crearía un escenario político inédito. Inestabilidad que Mariano Rajoy (no se olvide que el PP gobierna en minoría) podría intentar conjurar disolviendo las Cámaras y convocando de nuevo elecciones. Oscuro e incierto se presenta el panorama.







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