La agricultura almeriense y la máquina del tiempo

Si un viajero en el tiempo se asomara a la provincia de Almería dentro de 20 ó 25 años probablemente vería una agricultura mucho más tecnificada en cuanto a la producción y el manipulado en postcosecha. Pero, sobre todo, un panorama dominado por  mensajes relacionados con la salud y la sostenibilidad asociados a los productos de toda la vida que tendrán que evolucionar en su tratamiento y en su proyección comercial. En sus presentaciones y en su capacidad de adaptarse a una sociedad que será más exigente, de una media de edad más elevada y que recibirá información y sugerencias  constantemente de su propio entorno digital.   
 La tecnología parece ser el camino, pero también el elemento disruptivo que puede modificarlo todo. Y, además, como factor de influencia decisivo, habrá que tener en cuenta el cambio climático y las consecuencias que este fenómeno puede desencadenar desde el punto de vista normativo y desde las exigencias derivadas de la percepción social.
Todo ello envuelto en la incertidumbre que se abre ante el problema de la alimentación a nivel global. 
Los retos son o parecen mayores cuanto más se profundiza en el obligado ejercicio de prospección futura en el que se hayan inmersas empresas y entidades científico-técnicas.  
Sin embargo,  la estrategia parece estar clara: innovar sin perder de vista lo que sucede en los mercados de destino y en las zonas agrícolas que ahora compiten con Almería y, sobre todo, en las que lo harán en un futuro inmediato.  ¿Innovar? almería lleva haciéndolo en las últimas décadas y aún tiene asignaturas pendientes como el de la productividad por metro cuadrado o el de la integración en el modelo de  soluciones para mantener el mayor grado de eficacia posible en la postcosecha. Sin duda, dos aspectos que, entre otros, pueden ser claves, sin olvidar la imprescindible incorporación de todo el sistema al mundo del internet de las cosas y del Big Data. Invernaderos llenos de sensores, cadenas de manipulado robotizadas, procesadores de datos en tiempo real, ... No es una película de ciencia ficción ni un capítulo de la serie Black Mirrow en clave agrícola, sino el futuro inevitable. Y deseable