Arquitectos ven inviable soterrar el tren hasta muelles del puerto

Juan Torrijos
23:58 • 28 sept. 2017

De vez en cuando es necesario (y hasta bueno) escuchar alguna voz autorizada que ponga las cosas en su sitio. El Colegio de Arquitectos de Almería, que en los últimos tiempos ha dedicado más un pensamiento a la situación de nuestra ciudad, ha organizado una jornada en la que se ha tratado el gran tema del tren, su entrada en el puerto de la capital y la futura ubicación de la estación donde aparcar el caballo de hierro. Dará que hablar, qué duda cabe, una jornada así. Poca asistencia tuvo, lo siento. Un par de aperitivos para ir haciendo boca: Ven inviable el soterrar las vías para llegar a los muelles del puerto y dan ideas y alternativas a discutir sobre la ubicación de la estación. El puerto, no sabemos si ha sido la escollera de levante o la de poniente, o lo que queda de la escalinata real, ha dicho que quieren que el tren entre en el puerto aunque sea en superficie. Y es ahí donde empiezan los líos para los ciudadanos y vecinos de la ciudad. La Cámara de Comercio también apunta esa solución. Conociendo como conocemos a los políticos que tenemos en Almería, si el tren entra en el puerto y lo hace en superficie tendremos mineral cabalgando sobre nuestras calles. Ciudad Jardín, Zapillo, Parque Nicolás Salmerón y Pescadería, volverán a colgar sobre sus balcones y terrazas los blasones que deja el mineral en nuestra ropa tendida, en nuestras fachadas y terraos y en los pulmones de sus vecinos. Parece que algunos no se acuerdan de aquellos años, no tan lejanos. Debe ser que no vivían entonces en Almería. No arregló doña Trinidad Cabeo en una década el tema de los gráneles, como para fiarnos de ellos con lo del mineral. Y más sabiendo que hay políticos en la vecina Granada apretando para que se abran las minas y Almería pague el pato con la carga a los barcos. ¿De qué partido son estos políticos granadinos? Habrá que enterarse.
El PP, a través de Castellón, manifestó que el ayuntamiento no permitirá un tren en superficie al puerto. ¿Y cuando pierdan el poder, qué algún día lo harán, qué?
Los vecinos de la zona no tienen nada en contra de que el tren haga su trabajo en el interior del puerto, pero los más viejos se temen que con el tren vuelva aquel color ocre a sus vidas, y por eso no pasan, lo diga quien lo diga.  


 







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