Por vía de ejemplo

Ya es demasiado sabido que atravesamos una desbocada crisis mundial y que cualquier hijo de vecino puede entonar su jeremíada por lo que está penando. Sin embargo es mejor ver las luces antes que las sombras. Sin afrontar los acontecimientos sociales por la vía mística del Espíritu Santo, encuentro en la ciudad terrena ciertos sucesos dignos de ser imitados. A saber: Los finlandeses eran un pueblo próspero y de la noche a la mañana se volvieron pobres. Torpes líderes y malas compañías subieron los impuestos para darle dinero a los bancos, sin embargo la ciudadanía ha conseguido meter en la cárcel a los responsables. La pregunta que se haría aquí la revista del Hermano Lobo sería ésta más o menos: Uhhhhhh ¿cuándo veremos esto mismo en nuestra católica España? En Chile, después del ascenso de la derecha al poder, han conseguido publicar un exhaustivo informe sobre los asesinatos de Pinochet, una especie de Ley de la Memoria Histórica que aquí no termina de arrancar por la labor cizañera y disuasoria de la derecha todavía dándose el pico con Franco y con los vencedores de la Guerra Civil. Más interesante aún resulta lo que está ocurriendo estos días en Francia. Diez y seis líderes empresariales de las más altas familias cuya capitalización bursátil es incontable en millones ha prometido hacer un esfuerzo de solidaridad para salir de la del crisis mediante un impuesto que llaman excepcional. No les importa, además, mostrar su agradecimiento al sistema que les hizo enormemente ricos y por eso impiden que desaparezca. Aquí con la boca chica nuestros líderes dicen que hay que reformar el capitalismo pero en cuanto les tocan el IVA o el patrimonio o el impuesto de sucesiones montan el número a la espera de que esto cambie justamente para que todo siga igual. Así que volvamos a oír los aullidos del Hermano Lobo: ¿Cuándo los ricos nos sacarán de la crisis? Cada vez que Zapatero, metido como un escarabajo ciego en su cañuto imposible, intenta alguna reforma, chilla la oposición como si le arrancaran la cartera. Que no se moleste Rajoy creyendo que viene la revolución marxista, aquí no hay novedad, señora baronesa.