El Aguilandillo

J. G. Martín
14:00 • 08 sept. 2018

“El aguilandillo si me lo ha de dar que es la noche buena, que es la noche buena y hay mucho que andar”


- “Mamá, que me voy a pedir el aguilandillo con fulanico y menganico”.

Y nos juntábamos, tres o cuatro, e íbamos de casa en casa pidiendo el aguilandillo armados con pandereta y zambomba. Algunos vecinos nos hacían cantar antes de darnos un mantecado u otro dulce navideño, otros, con tal de no oírnos, nos daban el mantecado y salían del paso. Los había que se estiraban más y nos dejaban caer dos reales (25 céntimos de peseta para los nacidos en el euro), pero había una casa donde no se podía dejar de ir, la casa de Ñito. A éste había que cantarle un villancico completo y si nos equivocamos nos paraba y nos mandaba empezar, pero la recompensa merecía la pena, Ñito, una vez aprobaba el canto, nos pasaba dentro de su casa, nos sacaba una botella de menta y nos echaba una copilla (equivalente a un chupito de hoy en día) que a sorbitos, no de un tirón –no nos dejaba-, nos tomábamos entre mantecado y mantecado, y de allí nos íbamos ya tan contentos. Yo no recuerdo que ninguno de mis amigos de entonces con los que pedía el aguilandillo terminaran alcohólicos. 



Nos pasábamos la semana de navidad pidiendo el aguilandillo, solo íbamos a las casas de los conocidos, casi todo el pueblo, a los que no conocíamos nos daba vergüenza, sobre todo por el canto, lo más lejano a esos villancicos que cantan grupos de niños, tan puestos ellos, en la televisión, teníamos “un oído frente al otro”, -dicho habitual de mi madre para decirte que desafinabas-, vamos, que no había quien te aguantara cantando. El repertorio era más bien corto, los peces en el rio, la virgen estaba lavando y tendiendo en el romero, el del encabezamiento y alguno más, eran todos los que lo componían, por supuesto ni hablar de Noche de Paz ni del Adestes Fideles, eran demasiado para nosotros, y el segundo, además, en latín. Adestes Fideles es el villancico que más me gusta y siempre recordare a mi padre cantándolo en la misa del gallo en el coro de la iglesia, mi padre tenía muy buena voz y cantaba con partitura.


- Aguilando. (Quizá del lat. hoc in anno "en este año").



     1. m. aguinaldo (regalo navideño).

- Aguinaldo. (De aguilando).



     1. m. Regalo que se da en Navidad o en la fiesta de la Epifanía.

     2. m. Villancico de Navidad.

Real Academia Española.



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