Toda Andalucía esperaba el momento de la puesta y, con la misma expectación con la que veíamos a los alimoches cogiendo una piedra para romper la cáscara del huevo en los programas de Félix Rodríguez de la Fuente, ayer por la tarde se hizo oficial lo que todo el mundo intuía. Elecciones antes de Navidad y antes, también, de que la sentencia del Caso ERE deje en la puerta de la Junta del PSOE de Andalucía varios premios gordos y alguna pedrea. Y por ahí va la cosa.
Creo que nadie, ni tan siquiera los más entregados, pueden obviar que la señora Díaz ha convocado las elecciones atendiendo al primer condicionante de su acción política, que no es otro que ella misma. Los intereses de Andalucía, la situación de nuestra comunidad en el conjunto de España y el desarrollo de los planes y proyectos previstos son materias secundarias o, al menos, bastante menos urgentes para ella que su propio interés. Y por favor, que ahora salga alguien a decir lo contrario, que puede ser muy divertido. Ahora bien, admitiendo que el momento elegido sea el más favorable para ella ¿estamos seguros de que existen garantías de éxito en la jugada? De momento sabemos pocas cosas, pero todas ellas significativas. De un lado tenemos la evidente entrada en campaña de la Junta de Andalucía, que desde hace unas semanas no cesa de soltar subvenciones y publicar especiales, y anuncios y propagandas por todos medios posibles. Temo llegar una noche a mi cama y, al abrirla, encontrarme un panfleto de alguna consejería explicando lo bien que se están haciendo las cosas y lo imparable que sigue Andalucía. Pero por otro lado está la ausencia de encuestas publicadas vaticinando un nuevo éxito del PSOE andaluz.
¿Hay recursos para saturar de anuncios la prensa y las redes sociales y no para filtrar o publicar encuestas o proyecciones demoscópicas? ¿Qué hay en esos estudios que no conviene que se sepa ahora? Ya queda un día menos para saberlo.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/160269/sin-interes-por-publicar-encuestas