España, cansada

Fausto Romero-Miura
14:00 • 16 dic. 2018

Tiene razón la siempre inteligente y moderada Ana Oramas. También ahora, que ha dicho en su breve intervención en el Congreso, casi a modo de sentencia, pues sus discursos han de ser brevísimos por razones reglamentarias: “Es el momento de pararse y meditar: se están cargando la obra de la Transición: España, entre todos la mataron y ella sola se murió”. 


Yo creo que de aburrimiento, que se traduce en resignación, en pasotismo, en cansancio. Es como si la hubiéramos entregado a unos irresponsables –sus teóricos gobernantes- que no saben qué hacer con ella, como una tripulación al mando del necio Capitán Turbot, pero sin la ayuda de la Patrulla Canina, que creyese que el único provecho de las cartas de marear  es, precisamente, marear. Y así nos va: sin un rumbo al que dirigirse, dando tumbos a babor y a estribor según la las luces del grumete jefe porque la barca carece de tripulación capaz. Nadie sabe nada y, claro, se suceden los golpes de mar que tienen al pasaje, más que mareado, resignado.


Yo, desde luego, estoy cansado, y mucho. Y no sólo por el cáncer, que no obedece, de momento, al tratamiento y me está haciendo mucho la puñeta. Pero no, me refiero al cansancio ciudadano, cívico, o, justo todo lo contrario, al cansancio de no poder ejercitar los derechos ciudadanos a que el voto que deposité el 26 de junio de 2016 no haya servido y producido frutos la cosecha.



En apenas tres años España ha tenido dos Elecciones Generales y una Moción de censura, es decir, tres Gobiernos, y Andalucía, se han adelantado dos veces sus Elecciones. 


¿Hemos mejorado?



Más simple aún: ¿se ha gobernado o perdido el tiempo en aferrarse, al precio que haya sido, al poder por el poder en la Moncloa? Porque ¿para qué ha usado Pedro Sánchez –en exclusiva- el poder que David Redondo ha puesto en sus manos como un juguete diabólico?


Es conocida la definición que de poder hizo el General Carlo Alberto dalla Chiesa, asesinado por la Mafia: “Poder” es un sustantivo (de quienes se aferran al poder por el poder) pero también un verbo: poder gobernar, hacer cosas, etc.)



¿A cuál de las acepciones cree Vd. que se ha aferrado Pedro Sánchez? Por ejemplo, caigo en que mientras el Presidente ha usado cuatro veces en un día el avión oficial para ir a un concierto en Castellón por razones de seguridad, José Mujica, ex presidente de Uruguay, no tenía vehículo oficial y viajaba en su viejo “escarabajo”  de toda la vida, y el Papa usa un utilitario a donde quiera que va y un Papamóvil descubierto.


Y me atrevo a hacer una propuesta. Un doctorando - mejor académico y no sedicente, de los que tantos han aflorado- ¿cuánto tiempo emplearía un investigar una tesis doctoral sobre las contradicciones en que ha incurrido Pedro Sánchez desde que se dio a conocer? 


Sánchez está haciendo bueno lo que escribí cuando la Moción de censura que le aupó al poder, sin paso previo por las urnas –jamás ha ganado unas Elecciones; antes bien: en cada una ha llevado al PSOE a su peor resultado histórico-, el 10 de junio, en contra de los compromisos ocultos suscritos para lograr los votos necesarios que hiciesen triunfar su moción. “¡Ningún compromiso! Ha sido una moción de odio contra Rajoy y el PP Y el odio une”,  escribí. Si todos no votaban a Sánchez, seguiría de presidente su odiado Rajoy. Los votos, pues, se unieron en beneficio de todos los votantes, que querían lo mismo y se necesitaban. Todo ha sido así de sencillo. No entendí, pues, el calificativo de frankenstein que se ha dado a esos pactos inexistentes y al gobierno que habría de salir de ellos: la oposición no apoyó a ningún gobierno –no hubo, siquiera, exposición de Programa-, pues no fue sesión de investidura, sino moción de censura.


Si, como dice, tiende a aplacar la situación con Cataluña, miente: sólo pretende, y con él su esposa, prolongarse en las delicias del poder: aviones, casi media vuelta al mundo en menos de seis meses, boato… Y es que, además, cuanto menos tiempo esté en España y menos hable menos expuesto está a los crecientes abucheos y a posibles exigencias de cumplimiento de promesas que no puede cumplir entre otras cosas porque le faltan medios, humanos (¡a dónde va con 84 diputados de 350¡) y económicos, sin presentar siquiera los Presupuestos para su aprobación.


No es extraño, así, que el cacao  de Cataluña crezca y crezca ante la más absoluta pasividad gubernamental y la irresponsabilidad enloquecida de los atrabiliarios grupúsculos de la CUP, y otros independentistas y agitadores varios -ANC y Arranz que forman una escudella i carn d’olla en la que es muy difícil diferenciar los ingredientes-, invitados por el Presidente de su Gobierno, máximo representante del Estado en Cataluña y Jefe máximo de los díscolos Mossos a ocupar la calle desobedeciendo el orden público: “Gracias a los amigos de los CDR, que apretáis y hacéis bien en apretar”. 


Ha hecho falta lo de Andalucía y que Torra amenace con poner uno –o más- muertos en las calles de Cataluña con la solución a la Eslovena, para que barones socialistas significados –los de Aragón y Castilla La Mancha- hayan puesto sobre la mesa la ilegalización de Partidos si no acatan la Constitución: no les llega la camisa al cuerpo, visto, además, insisto, lo de Andalucía: el PSOE puede quedar pulverizado.  Sánchez y otros barones socialistas le han visto las orejas a ese lobo –Vox- que, silente, ha hecho una aparición gloriosa –e ilusionante y/o asustante, según para quien- en las elecciones andaluzas, que amenazan con disgregar el PSOE, porque resulta curioso que habiendo sido éste el que más votos y diputados ha tenido, aparezca como el perdedor absoluto obligado a poner el RIP., al dominio socialista de 37 años en el gobierno de Andalucía, en favor, puede, que del PP, porque lo de la pretensión de Ciudadanos de gobernar Andalucía tiene bastante de absurdo: Ciudadanos, que ha quedado tercero, le ha pedido al PSOE -1º- y PP -2º- que se aparten para que gobierne él.

Desde que cerraron los manicomios pasan estas cosas.


Pedro Sánchez, tan chulo, puede morir chuleado, arrastrando al PSOE, como ocurrió en Italia con Craxi, en Francia con MIterrand... Insisto: no entiendo nada. Nada. Y soy infeliz en esta España. ¿Qué hemos hecho tan mal? ¿Somos tan pobre gente los españoles para estar gobernados por incapaces? “El que no se atreve a ser inteligente, se hace político”, decía Jardiel Poncela. 

Parece que no sabemos ni a dónde vamos ni quiénes somos.

Me acuerdo de Carmen Chacón.



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