En Cantoria se vive una ‘guerra’ entre los Llamas y los Cerrillos

Juan Torrijos
14:00 • 08 ene. 2019

A  lo largo de estos años se han levantado la voz en los plenos; han discutido a gritos; han llegado a la expulsión del mismo; se pelean en las calles; se acusan de todas las maldades económicas posibles, y no contentos con ellos, elevan las acusaciones al resto de la familia. ¡Estos acaban mal, decíamos allá por el 17! Por lo visto y denunciado en Cantoria se está viviendo una “guerra” entre presuntos que se denuncian, que han dedicado los últimos y estos años a sacarle los dineros a cualquier administración que se les haya puesto por delante, a no pagar los Ibis correspondientes y a lo que aún está por ver y denunciar. Esto no ha acabado aquí. Y vemos que así es, que las cuitas siguen y todo apunta a que acabaran en los banquillos de los acusados. Las peleas entre vecinos lo único que demuestran y enseñan son las malas artes en el trato y eso en un pueblo en el que todos se conocen no los deja en muy buen lugar. Los Llamas y los Cerrillos están pasando a la historia de Cantoria y no a la mejor, dejando la sensación de que les han tomado el pelo a los votantes del pueblo cuando decían que iban a defender sus intereses, pero al final vemos que el único interés defendido es el de ellos. O es lo que hay que pensar ante las denuncias de unos y de otros.


Lo último de las batallas que se ha conocido es la denuncia por parte de los Llamas de que la alcaldesa y su equipo se han gastado ocho mil euros en dos tardes en copas y comilonas. Han tenido que beber y comer a lo bestia para ese gasto, a no ser que se hayan dedicado al caviar de Rio frío y a las gambas de Garrucha, regado el buen yantar con ese vino blanco de 495 euros la botella, de cuyo nombre no quiero ni acordarme. Le ha faltado tiempo a la señora alcaldesa (de la familia de los Cerrillos), como no podía ser menos, para decirle a don José María, de la familia de los Llamas, que o rectifica esa calumnia o lo lleva ante los tribunales. ¿Qué familia nos estará diciendo la verdad? Es lamentable que en un pueblo pequeño como Cantoria, donde se conocen todas las familias, las políticas y las que no lo son, se estén viviendo situaciones como estas y tengan que ser los tribunales los que pongan la verdad sobre la mesa. Y para rematar la faena a la alcaldesa le imponen una multa de 300 euros por una infracción electoral. ¡Cantoria de mi alma!






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