El solemne acto que se prepara en homenaje a siete grandes científicos españoles que fueron represaliados y expulsados de su patria por el franquismo repara sólo simbólicamente el inmenso daño que a ellos y a España se les hizo. Para repararlo enteramente, de verdad, se necesitaría un imposible: que aquella sublevación infame del 36, que aquella guerra devastadora, que aquella victoria erradicadora y genocida no hubieran sucedido.
A Enrique Moles, Honorato Castro, Blas Cabrera, Emilio Herrera, Pedro Carrasco, Enrique Hauser e Ignacio Bolívar, todos ellos eminentes científicos de prestigio internacional, vinculados a la Edad de Oro de la Educación, la Ciencia y la Cultura en España (Escuela Moderna, Institución Libre de Enseñanza, Residencia de Estudiantes, Instituto-Escuela, Residencia de Señoritas, Junta de Ampliación de Estudios...) en que quiso inspirarse y apoyarse la acción regeneradora de la II República, el franquismo les privó de todo, hogar, cátedra, patrimonio, reconocimiento, laboratorio, pero fue a España, la beneficiaria de sus conocimientos y su sabiduría, a la que se privó del futuro de luces y progreso en que todos ellos andaban trabajando, lo cual explica, como se sabe, el atraso que aún padecemos en lo fundamental, la Educación, al retroceder nuestro país, en pleno siglo XX, al yermo educativo del XIX.
A esos siete miembros de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, se les quiere devolver simbólicamente el título, el diploma, el honor académico que les robó Franco, y se quiere hacer por todo lo alto y con el refrendo institucional de la presencia de la vicepresidenta del Gobierno y del ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, pero el evento no ocupará ni un minuto en los noticiarios, salvo que lo ocupe por la participación de los dichos miembros del Gobierno. Tales son, esa indiferencia por la Ciencia y la Cultura, esa falta de orgullo nacional por nuestros compatriotas más preclaros, algunas de las consecuencias de aquella masacre de la inteligencia que fue la Guerra de España y la larga tiranía cuartelera subsiguiente.
Esos siete magníficos a los que se va a rendir homenaje son sólo algunos de los muchos intelectuales, artistas, pedagogos y científicos que el franquismo expulsó, encarceló, depuró o fusiló por ser las luces de que eran portadores radicalmente adversas a la oscuridad de su mundo, de su Victoria. Basta echar una ojeada aún hoy a la extrema rusticidad del país para ver cuánto perdimos con su pérdida.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/166180/los-siete-magnificos