Encontrar el necesario consuelo

Tengo la máxima consideración personal y profesional por el actual subdelegado del Gobierno, Manuel de la Fuente, y sigo con interés las circunstancias propias de su desempeño al frente de un cargo tan exigente y, en ocasiones, tan poco comprendido. Articular la representación del Ejecutivo en una provincia con permanentes frentes de actualidad requiere prudencia, templanza y buen humor, virtudes que no son ajenas al señor de la Fuente. Entiendan ahora estos dos sinceros y positivos párrafos como pórtico del mensaje que suelo trasladar cuando intuyo que alguien a quien aprecio me está intentando colar una trola: “diré que te creo y así mentiremos los dos”. Y esto, que es una manera cordial de decir que tararí que te vi, viene a cuento de las declaraciones del subdelegado del Gobierno asegurando haberse enterado por la prensa del cese del coordinador de Salvamento Marítimo de Almería, Miguel Zea. Pero vayamos por partes. Admitamos que la prensa no esté haciendo demasiada sangre del telón de acero que se ha abatido sobre la información relativa a los rescates marítimos en Almería tras la llegada del nuevo Gobierno, y que tampoco se quiera entrar en el origen del malestar que nos ha producido la decisión de sacar del foco informativo la incesante arribada de inmigrantes irregulares a nuestro puerto. Pero no conviene forzar la figura y hacerse el sorprendido ante la misma prensa a la que se le impide acceder con libertad a los muelles, porque nadie con mínimo criterio puede entender que se remueva de su cargo al encargado de los rescates en el mar sin que el máximo representante del Gobierno en Almería tenga repajolera idea de ello. El caso es que el escenario que propone el propio de la Fuente no parece muy positivo, porque en él sólo pueden darse dos circunstancias incómodas: o le ignoran o nos miente. Pero estoy seguro de que, por su natural inteligencia y buen carácter, don Manuel sabrá encontrar consuelo en alguna de ellas.