Gastar menos para gestionar mejor

Ramón Fernández Pacheco
07:00 • 21 abr. 2019

En apenas cinco meses, el gobierno de Juanma Moreno en la Junta de Andalucía está demostrando que algunas cosas que muchos creían imposibles, pueden cumplirse si se ponen las ganas y el talento necesario para afrontarlas. Por eso, haber bajado los impuestos en tan poco tiempo no sólo retrata que, como tantas veces hemos dicho desde el Partido Popular, otra Andalucía es posible, sino que sobre todo ofrece el verdadero retrato de lo que los diferentes gobiernos del PSOE han supuesto para Andalucía: desgana, soberbia y apatía. 


Se acabó, por tanto, ese infierno fiscal que ha llevado a Andalucía a la cola en los parámetros que miden la calidad de vida de las sociedades desarrolladas. Y la clave del cambio es bien sencilla: hay que gastar menos y gestionar mejor. Como digo, este histórico cambio en la fiscalidad andaluza afecta a impuestos clave en la financiación autonómica: IRPF, Impuesto de Sucesiones y Donaciones, Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados. De la trascendencia de esta medida da buena cuenta este dato: al final de la legislatura, los andaluces se ahorrarán 235 millones en impuestos, de los cuales 149,8 millones corresponden sólo a la bajada de tipos y reducción de los tramos del Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas (IRPF). 


La mitad de este impuesto tiene regulación estatal y otra autonómica. Los 85 millones de euros restantes corresponden al Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Del mismo modo, este cambio viene a poner en práctica otro de los argumentos que hemos repetido muchas veces desde la oposición, y que no es otro que el mejor lugar para el dinero de la gente es su propio bolsillo. Eso es algo que los socialistas no han entendido jamás, ya que en cada pueblo, cada ciudad, cada comunidad o cada país que gobiernan, el dinero de los ciudadanos cambia rápidamente de lugar, pasando de sus bolsillos a las arcas públicas, en donde muchas veces no tiene el recorrido que todos esperan. 



De hecho, en Andalucía, el dinero de los andaluces ha servido para sostener y pagar esa enorme red administrativa paralela formada por innumerables organismos, agencias, oficinas, observatorios e institutos que tenían como principal fin resolver la vida laboral de numerosas personas próximas al partido socialista por motivos políticos o familiares. Y eso por no hablar del desvío probado de parte de esos fondos a sufragar las juergas y correrías de algunos cargos vinculados al PSOE. Por lo tanto, esta reducción no sólo va a permitir una gestión más eficaz y transparente, sino que va a permitir a todos los andaluces disponer de más recursos y más posibilidades de activar la economía, de movilizar recursos y de crear más oportunidades. Una noticia excelente, se mire por donde se mire. 





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