125 años de la Cámara de Comercio

Cuando me asomo a las ventanas de mi casa, pienso muchas veces, al ver a la gente pasar, en la cantidad de problemas que cada uno llevará a cuestas y la forma con que esos, grandes o pequeños problemas, influirán en la vida de cada uno. Problemas familiares, de salud, de trabajo, de perspectivas de futuro, del porvenir de sus hijos, de sus hipotecas…En fin, de tantas cosas, que vienen a justificar- a veces- una visión pesimista del futuro de cada uno. Y, pensando fríamente, y con un espíritu vital, algo deberíamos llevar en nuestro interior que justificase una visión optimista de nuestra existencia: en primer lugar, la vida. Existir es sentirse persona, protagonista de una aventura existencial. Vivimos, somos y estamos, contemplándonos importantes, en mayor o menos grado, de una existencia y creadores de un entorno, que , en este momento, puede ser más o menos feliz, pero que tiene unas posibilidades potenciales incalculables e imprevisibles. Me parece que nunca pensamos racionalmente en lo que supone vivir. No hemos llegado a percibir la aventura que comenzamos al nacer. Al ser personas se alinean ante nosotros una serie de posibilidades en las que nos toca saber elegir de acuerdo con nuestras posibilidades. Y luego, una vez realizada la elección, nos toca formarnos ante la sociedad para llegar al puesto más adecuado a nuestras posibilidades. Y asi, entre todos, aportando cada uno nuestra formación y experiencia, contribuir al desarrollo de la sociedad que nos acoge. Sobre esto diríamos que en estos días se están celebrando los " Ciento veinticinco años ( 1886- 2011) que cambiaron Almería". Se refieren a los trabajos realizados durante esa época por la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Almería. Forman el contenido de una publicación, muy bien editada, por la Cámara y el Diario la Voz, patrocinada por ADIF, Cosentino y Unicaja, publicación que contiene interesantes artículos sobre las infraestructuras del transporte en Almería. En la contraportada se dice: " De la parra al invernadero. Del polvo del mineral de hierro a los bloques de mármol. De los caminos estrechos y resecos a las autovías y las obras del AVE, los almerienses hemos sabido hacer de un siglo, dos. Con el esfuerzo y trabajo diario en los bancales y en invernaderos, en minas y en canteras, con máquinas de escribir y con ordenadores, Almería ha cogido el tren de la modernidad. Almería ha cogido el tren de la historia"