Enseñar solfeo al Dúo Dinámico

Si Barrio Sésamo empezase en la madrileña calle Ferraz y terminase en la almeriense de Arapiles, podríamos tener más fácil la columna de hoy, pero me temo que el empeño didáctico va a tener los mismos efectos útiles que mostrar un Cuadernillo Rubio a un triceratops. Y es que da hasta apuro recordar a políticos que vivieron con plenitud el cretácico de la política local que una cosa es la institución y otra el partido.

Pero bueno, si el Dúo Dinámico sigue cantando “Quince años tiene mi amor”, a ver quién puñetas soy yo para recordar algo tan básico al senador socialista Fernando Martínez y al Subdelegado de Gobierno, el también socialista Manuel de la Fuente. Admito que tuve que leer la noticia dos veces, pero lo cierto es que a pesar de que son dos personas de contrastada inteligencia y experiencia política, la otra mañana protagonizaron un momento de esos “tierra trágame” en la Subdelegación de Gobierno, que sirvió de marco incomparable (lo digo porque no hay precedentes comparativos) para que el senador del PSOE vendiese en rueda de prensa los logros del gobierno socialista con Almería respecto a la aparentemente resucitada (después de pasar muchos meses más embalsamada que Evita Perón) “Tarifa Alcazaba” para compensar las comunicaciones ferroviarias de Almería. Eso, o lo que fuera; da igual.

La Subdelegación del Gobierno de todos los españoles no es la sede de ningún partido. De ninguno. Y eso es algo que no han terminado de entender los socialistas, que cuando llegan a una institución la poseen con la misma intensidad que el Maligno le hacía girar el cuello a la niña de “El Exorcista”.

Y así, cuando se superan las fronteras del pudor institucional, ya no se sabe bien dónde termina el partido y dónde comienza la institución, y viceversa. Pues nada, recordemos: las cosas del PSOE en la sede del PSOE y las cosas del Gobierno en la subdelegación de Gobierno. Me siento como si pretendiera enseñar solfeo a Ramón Arcusa y Manolo de la Calva.