El Procés avanza tacita a tacita

En publicidad se puede decir que una campaña hace podio cuando el eslogan acaba incorporándose al lenguaje cotidiano de la gente. Uno de los ejemplos más claros lo encontramos en la expresión “tacita a tacita”, que era la clave del anuncio de una marca de café soluble protagonizado por la actriz Carmen Maura a principios de los años ochenta del siglo pasado. Lo digo para situar a los más jóvenes en la hipérbole publicitaria que suponía explicar en veinte segundos que con el ahorro de elegir esa marca frente a la hegemónica en el mercado, un ama de casa podría ahorrar lo suficiente como para darse el capricho de una joya o de un abrigo de visón. Absténgase ahora las brigadas feministas y ecologistas, que no van por ahí los tiros. Lo digo porque el llamado Procés catalán sigue avanzando al ritmo pausado de las tacitas de café que nos tomamos mientras asistimos absortos a las vueltas del pactódromo. Y así, de pronto descubrimos que coinciden en el tiempo varias noticias que, si bien separadas parecen insignificantes, al unirlas acaban sumando lo suficiente como para tener algo relevante, como le pasaba a Carmen Maura en el anuncio. Los políticos presos por el intento de golpe de Estado van camino de casa porque los trasladan a cárceles catalanas; el gobierno de la Generalitat anuncia la apertura de nuevas e innecesarias “embajadas” en diferentes destinos; la alcaldesa Ada Colau publicita en espacios públicos de Barcelona la poco dudosa afirmación “Lo volveremos a hacer”, que han esgrimido los golpistas en el juicio. Y como colofón (vayan haciendo la cuenta) el expresidente Zapatero, el que faltaba en el baile, se deja caer recomendando a los jueces una sentencia benévola con los golpistas e insta además al Gobierno a estudiar su indulto. Por cierto, ¿se imaginan la que se habría liado si un enloquecido Rajoy hubiera propuesto estudiar el indulto de Luis Bárcenas? Todo va sumando, pero parece que nadie quiere hacer la cuenta. Sigamos tomando cafelitos.