Alta cocina

Siempre he pensado que la cocina tradicional es sabia, con platos surgidos por ahorro y reciclaje, y con trucos avalados por la experiencia de los fogones de muchas generaciones. Cuenta Robert L. Wolke en su libro “Lo que Einstein le contó a su cocinero” que experimentó para comprobar la veracidad de uno de esos trucos de cocina, el de que si haces rodar un limón sobre la encimera o le das calor consigues el máximo de zumo de él, y concluyó que por separado no, pero si se hacen los dos procesos consecutivamente se consigue un 26 % más de zumo.

No debe saber esto el alcalde de Almería porque no está exprimiendo bien la capitalidad gastronómica de Almería 2019, el mayor jugo obtenido ha sido su rédito electoral de mayo, momento en el que apagaron los fogones para abrir la sede de forma esporádica y con poca actividad. Desaprovechan el tirón, no solo para mostrar nuestras bondades gastronómicas que reviertan en Almería a través del turismo, sino también para reeducar en hábitos alimenticios en un momento en el que informes internacionales urgen a transformar sectores como el de producción de alimentos o el de dietas para hacer frente al rápido avance del cambio climático, para lo que habrá que cambiar estilos de vida en la conciliación familiar y laboral, en el consumismo atroz y en el desperdicio de alimentos.

Igual el Gobierno andaluz de Moreno y Marín se ha dado cuenta de esto y quieren recordarnos el refrán “Una manzana al día mantiene al médico en la lejanía”, y así seguir sin retomar el edificio de urgencias en las Salinas. Pero no les está dando fruto proclamar este dicho porque las listas de espera han aumentado en 50.000 personas con su gobierno. Claro que, si no dan ejemplo, es complicado que lo consigan, y es que han gastado en comida en San Telmo estos meses lo presupuestado antes para un año. Pobres, igual están haciendo caso a lo que dijo Einstein: “Un estómago vacío es un mal consejero”. Qué se alimenten bien, ¡qué tienen que gobernarnos!