En estos tiempos donde nos azota la pandemia del nuevo coronavirus los controles sobre la aplicación de las medidas higiénicas en las empresas alimentarias siguen persistiendo y, es más, se han potenciado. Pero… ¿nosotros hemos potenciado también nuestras medidas higiénicas? Si no estás seguro te recomiendo que sigas leyendo.
Antes de nada, quiero responder a una pregunta frecuente que nos hacemos: ¿el virus se transmite por los alimentos? Pues, sorprendentemente, hasta la fecha no ha habido evidencias de que el SARS-coV-2, o más conocido como el COVID-19, se haya transmitido por la ingestión de alimentos o agua de consumo, tal y como afirma la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA)
De igual forma, debemos maximizar las actividades de higiene a la hora de estar en contacto con los alimentos en casa y en el supermercado, ya que se ha demostrado que el virus resiste 24 horas en el cartón y varios días en superficies duras como el acero y el plástico. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN) es muy clara en este aspecto y nos da una serie de pautas higiénicas que debemos de llevar a cabo en nuestro día a día.
La principal medida de prevención es la de lavarnos las manos eficazmente siempre que vayamos a manipular alimentos y volvamos de la calle. Esta eficacia se consigue aplicando agua y jabón en todas las partes de la mano durante 40-60 segundos. Además, se desaconseja el uso de guantes por la falsa sensación de seguridad que conllevan.
Respecto a los alimentos crudos que no estén lavados, como frutas y verduras, ni el bicarbonato, ni el limón, ni el vinagre, ni las bebidas alcohólicas son eficaces para la destrucción del COVID-19. Lo que se aconseja es sumergirlos 5 minutos en agua con lejía y aclararlas con abundante agua. La proporción recomendada es de 4,5 mL de lejía (una cucharadita de café) por 3 L de agua. Además, es importante que la lejía esté etiquetada como “apta para desinfectar agua de bebida”.
Respecto a los alimentos cocinados, se ha comprobado que las altas temperaturas eliminan al virus y bastaría con un cocinado completo de los alimentos. Por el contrario, el frío no lo mata: podríamos decir que nuestro “amigo” es más de montaña que de playa, por lo que la refrigeración o la congelación no acabaría con él, pero si es una buena práctica que debemos de hacer para aumentar la vida útil de los alimentos.
Otra pregunta que nos hacemos es, ¿qué hacemos con la compra del supermercado? Pues bien, aquí la Agencia nos aconseja desechar los embalajes exteriores de los productos, siempre prestando atención a la fecha de caducidad o de consumo preferente. También nos dice que los envases de cristal, plástico y latas se limpien con agua con jabón y nos desaconseja emplear desinfectantes ya que muchos envases son porosos y pueden suponer un efecto nocivo para la salud.
Otra buena práctica es la de desinfectar superficies del hogar y para ello nos recomiendan primero limpiar con agua y jabón y posteriormente con lejía diluida en agua. Aquí la proporción es de 2 cucharadas grandes de lejía por cada litro de agua. Para las vajillas, nos bastaría con lavarlas con jabón o lavavajillas líquidos y secarlas bien.
Por último, quería resaltar que no existen alimentos ni complementos alimenticios que prevengan, traten o curen la infección por COVID-19 y, por lo tanto, no puede haber ningún producto en el mercado con tales declaraciones.
Estas precauciones no deben hacerte olvidar las prácticas habituales para evitar intoxicaciones alimentarias en el hogar, que siguen siendo válidas para protegerte contra enfermedades transmitidas por los alimentos y no generar un riesgo añadido.
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