Azaroso azar

Azaroso azar

0
22:39 • 17 dic. 2011
Si entendemos la suerte como un encadenamiento de sucesos fortuitos que culminan en un hecho favorable, sólo podríamos considerarnos afortunados en el próximo sorteo de Navidad si un décimo hubiera sido depositado en nuestro balcón por una guzla de hálito oriental (hablamos de Almería, ustedes disimulen) y que finalmente ese billete traído por el viento resultase premiado. Sin embargo, el hecho de que usted haya comprado algún tipo de participación en el sorteo ya está introduciendo un factor de voluntad determinada por su parte que inhabilita el uso conceptual de la suerte. Así que no se sienta especialmente maltratado por los hados si el día del sorteo usted se come lo que lleva comiéndose en tal Clavijo varias generaciones porque no podrá hablar de mala suerte; tan sólo de una esperanza matemática frustrada. Y es que, si lo piensa fríamente, jugar a la lotería no es más que pagar un impuesto voluntario al Estado, que ya ni tan siquiera tiene el gesto de disfrazar el palo con esos anuncios tan emotivos del señor calvo que soplaba la suerte como si fueran esporas o, como diría el insigne coplista Manolo Escobar, como esas uvas, “luceritos desprendidos de tu cielo que se van por todo el mundo pregonando tu salero.” Y es que, además, las probabilidades este año son aún más reducidas al haberse ampliado la cantidad de números en el bombo. Así que aunque los premios sean de mayor cuantía será más difícil dar con las bolitas premiadas. Ahora bien, si usted ha pasado aunque sea un minuto pensando en la cantidad de proyectos y/o venganzas que podría acometer/perpetrar en caso de ser premiado, disfrute de ese instante que ya nadie va a poder quitarle. Sé que eso no compensa, pero, si está leyendo estas líneas, le deseo que algún día sienta que, gracias a esa suerte que no existe, pueda usted pensar desde su retiro en su isla exclusiva en el cretino del columnista ése que se columpiaba hablándole a usted -a un pedazo de millonario como usted- de probabilidades, de azarosos azares y de todas esas chorradas propias de pobretones.






Temas relacionados

para ti

en destaque