La COVID-19 ha dejado a un lado a los pacientes de cáncer como una de las prioridades de salud. La pandemia no ha hecho más que agravar una situación que ya era desigual para muchas personas afectadas de cáncer. Entre las situaciones agravadas están la soledad, el miedo, la pérdida de recursos económicos y el impacto sanitario. Los datos sobre el efecto de la COVID-19 en los pacientes con cáncer son reveladores.
En este sentido, durante el confinamiento que vivimos, el 34% de los pacientes desarrolló ansiedad o depresión. En el mes de diciembre pasado, ese porcentaje había subido al 41%. También, durante el confinamiento, casi un 20% de la población con cáncer había empeorado gravemente su situación económica. Y además, uno de cada cinco pacientes o no se ha diagnosticado o se ha diagnosticado tarde con lo que esto supone para su propia supervivencia.
Los pacientes con cáncer son los grandes damnificados de esta pandemia, porque la padecen por partida doble, de la que se habla (la COVID) y de la silenciosa que es el cáncer.
Hoy, 4 de febrero, Día Mundial contra el Cáncer, quiero mostrar mi convencimiento, así como el de los socios y voluntarios que luchan contra el cáncer, de la necesidad de trabajar para eliminar la inequidad, porque el cáncer es igual para todas las personas, pero no todos somos iguales frente al cáncer.
Desde la Asociación Española contra el Cáncer trabajamos para que todos tengamos las mismas oportunidades frente a esta enfermedad y ese objetivo nacional lo lograremos con un Acuerdo contra el Cáncer.
Un Acuerdo contra el Cáncer que consiga la equidad para prevenir la enfermedad y que garantice que la población adopte decisiones saludables que eviten hasta el 50% de los casos de cáncer, al tiempo que se nos permita acceder a los programas de cribado de cáncer independientemente de nuestro lugar de residencia.
Un Acuerdo que permita la equidad para vivir con cáncer, apoyando a las personas, con esta enfermedad, y a sus familias de manera que afronten el miedo y disminuya su percepción de soledad. Es una obligación nacional conseguir que el cáncer no provoque pobreza en las personas enfermas más vulnerables y que nadie se quede sin diagnosticar. Los consensos son siempre enriquecedores y beneficiosos, pero si hablamos de forjar un consenso sobre cómo actuar frente al cáncer aún más.
Atención a los enfermos y a sus familias y mayor inversión pública en ciencia en beneficio de las personas, ese es nuestro objetivo en este Día Mundial Contra el Cáncer. Un llamamiento que visibilice públicamente que el cáncer sigue cobrándose demasiadas vidas, y que la pandemia silenciosa del cáncer avanza.
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