La radiografía

En ocasiones se producen noticias que, más allá del retrato fijo de una situación, revelan de un modo mucho más profundo esa misma realidad, radiografiándola con toda la crudeza. Y por ejemplo, si hablamos del estado real de la asistencia sanitaria en la provincia de Almería, veremos que en ocasiones hay hechos que, más que carácter informativo, aportan todo un diagnóstico sobre el estado general de las cosas. Coincidiendo con las quejas de los profesionales sanitarios del Poniente que denuncian graves carencias en cuanto a los servicios de pediatría en esa zona -la que precisamente tiene mayor índice de población infantil en toda nuestra provincia- conocemos también las quejas de los vecinos de Carboneras, que lamentan tener que desplazarse forzosamente hasta la capital para hacerse una simple radiografía. Curiosamente, en esta misma localidad se produjo recientemente la inauguración, por parte del consejero de Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo, de un novedoso centro de atención a las tortugas marinas. Este moderno equipamiento cuenta con quirófano, área clínica, laboratorio, sala de rayos X, farmacia, cocinas, zonas donde ubicar tanques para los animales amenazados y piscina para ejemplares de mayor tamaño. Total, un millón de euros de nada para tener a los quelonios mejor y más atendidos que nuestra Carmen de España (la Sevilla, no la Chacón) en la famosa Clínica Büchinger de Marbella. Y claro, valorando como sin duda se merece este sensacional gesto de desvelo por nuestra fauna marina, creo yo que el sentido común marca priorizar de otro modo los recursos. No me opongo a que se atienda o incluso se mime a las tortugas, pero “primum vivere, deinde philosophare,” que nos decían en clase de latín. No parece justo que se escatimen recursos en la atención a las personas mientras se invierten grandes cantidades en lograr que los consejeros se hagan fotopromociones emulando al Comandante Costeau a bordo del Calypse. La verdadera reforma andaluza de la salud debería empezar por la mental de quienes así de pintorescamente priorizan el gasto público.