¿Le tocará ahora al IVA?

La reforma laboral asusta. La subida de impuestos, cabrea. El barrunto de que ahora le toca al IVA, inquieta. Una de las últimas declaraciones del ministro Montoro, hombre al que se le ve tan incómodo como decidido a subir lo que haga falta para alcanzar el objetivo de déficit, no son nada tranquilizadoras. Cuando un ministro advierte de que su filosofía es contraria a la subida de impuestos y lo dice en un momento en el que por todas partes llegan noticias de gente mosqueada por las revisiones quisquillosas de Hacienda, hay que ponerse en lo peor.
Y, ¿qué es lo peor? Pues lo que todos sospechamos: que aunque Rajoy, durante la campaña electoral, se comprometió a no subir los impuestos, todo hace suponer que, de nuevo, se ve obligado a incumplir su promesa. Como ya lo hizo, por cierto, con el IRPF y el IBI, aduciendo, entonces, que el Gobierno socialista les había ocultado que el déficit estaba dos puntos por encima de lo anunciado. Era cierto. Era la herencia; pero, cien días después, el argumento devenido poco menos que en mantra para justificar incumplimientos, olvidos o cambios de criterio, no puede seguir siendo invocado.
Si, como parece, estamos en vísperas de una nueva subida de impuestos es deber del Ejecutivo comunicarlo cuanto antes, sencillamente, porque los gobernados tenemos derecho a saber y derecho a protestar, en el caso de entender que una medida del Gobierno puede estar equivocada. Hasta ahora, el Gabinete Rajoy no ha presentado un proyecto de Presupuestos. Se espera que lo haga el próximo viernes. Las malas lenguas endosaban el compás de espera a las elecciones andaluzas. No hay razón para que el Gobierno, que anuncia una Ley de Transparencia, no inicie la tarea dando ejemplo y marcando surco a las comunidades autónomas y a los ayuntamientos. La pregunta es: ¿tiene intención de subir el IVA? Parece que sí, pero, de momento, la idea sigue en el telar. Convendría que lo aclarasen antes para rebajar la ansiedad que padece buena parte de la población.