La Feria ha muerto (otra vez)

Desde hace años vengo proponiendo que el Programa de Feria incluya como cierre una rueda de prensa del Partido Socialista en la que algún edil lamente haber vivido una feria abominable. Igual que la Virgen del Mar nos llega cada año caminando sobre las olas y escoltada por peces de plata, el PSOE nos manda al rompeolas de la actualidad a un propio que, con el mismo gesto compungido de Arias Navarro, nos anuncia: “Almerienses, la Feria ha muerto”.  

En cuanto termina la procesión de la Patrona, los socialistas evacúan una copiosa deposición de duelos y quebrantos que bien merecerían un espacio expositivo que supondría otro atractivo para el programa de festejos. Sin ánimo de ser exhaustivo, ya en 2008 el PSOE señaló que habíamos tenido la Feria “más triste y aburrida de los últimos años”, pasando a decir en 2014 que la Feria había sido “la más sucia que se recordaba”. En 2017 la definió como “una Feria agonizante”, para pasar a retratarla como “la Feria de la desgana y del descontrol” al año siguiente, rizando el rizo evaluador en 2019 al otorgarle un pintoresco “suspenso alto”.

En los últimos años, el equipo redactor de pesares del PSOE se ha esforzado en enriquecer su necrología y así, la Feria de 2022 les resultó “deslucida, improvisada, caótica y falta de ilusión”. Y dado que parecen haberse sacado un ticket permanente en la noria de la aflicción, es normal que la de este año les haya parecido “pobre, sin entrega, sin ilusión, ruidosa, muy criticada en redes sociales y sin contacto con la sociedad”. Sé bien que el trabajo de la oposición municipal es precisamente ése y no otro, y que es positivo que se destaquen los errores que sin duda tienen todas las ferias, pero también es justo destacar que quienes tanta pobreza, desilusión y desconexión han visto en esta Feria, ni siquiera han querido participar en ella. ¿Dónde demonios estaba la caseta del PSOE? Así que, por decirlo en un tono ferial, lo del PSOE es mucho lirili, pero poco lerele.