La corrupción urbanística

Nos acaba de confirmar el fiscal jefe de Almería, Antonio Pérez Gallegos, algo que hasta el más tonto de los ciudadanos ya intuía: “Existe un alto grado de corrupción ligado al urbanismo”. No nos descubre nada nuevo el señor fiscal, es cierto, pero nos pone en letra mayúscula lo que nadie hasta el momento ha querido reconocer, y si lo ha hecho ha sido en las barras de los bares y esperando que no lo grabe el camarero. Claro que si lo hubiera hecho, habrían dicho que era un montaje, como se dijo de Ohanes y de aquel video que nos mostraba a un alcalde contando billetes. Alguien tuvo la cara dura de decirme, e intentar convencerme de que era eso, un montaje contra el pobre alcalde. En la entrevista de nuestra subdirectora, Antonia Sánchez Villanueva, reconoce el fiscal la falta de personal en nuestra provincia, lo que nos lleva a pensar que deben ser muchos asuntos los que se quedan sin poder investigar. ¿O no, señor fiscal jefe? Si a ello unimos la lentitud de la ciega justicia, nos encontramos con ex-alcaldes imputados, como el caso de Zurgena, cobrando de ese ayuntamiento desde hace años, y esperando que algún día le llegue el momento de sentarse en el banquillo. Y no es el único. ¿Cómo se ha podido llegar a ésta situación? Los alcaldes se defienden asegurando que las normas de la Junta han ido de una manera clara en contra de la autonomía de los ayuntamientos. Siendo además la propia Junta la que ha denunciado en la mayoría de las ocasiones las obras con licencia municipal. Por algo sería, supongo. Lo cierto es que Almería está a la cabeza en delitos sobre el territorio. ¿Por qué será?