Sí que merece la pena

Hacer política es, por lo general, un ejercicio de satisfacción al poder ayudar a las personas que te necesitan o acuden a ti por un problema, una petición o, simplemente, una propuesta para mejorar tu ciudad, una ley o un nuevo derecho a conquistar.

Pero la realidad política que estamos viviendo en España y en gran parte de los países democráticos es de una tensión difícilmente soportable. Las maniobras políticas, mediáticas y judiciales que lleva soportando los gobiernos de Pedro Sánchez desde la moción de censura de 2018 responde a la falta de cultura democrática de las derechas de este país, incapaz de hacer una oposición constructiva cada vez que pierde el poder.

A los gobiernos de Sánchez se los ha tachado de ilegítimos, ilegales y autoritarios. La situación de tensión política insoportable e indigna que está llevando la derecha y la ultraderecha en nuestro país es consecuencia directa de la no aceptación por parte de las derechas de los resultados electorales surgidos de las urnas el pasado 23 de julio de 2023.

La ciudadanía española, con su voto legítimo, no quiso que el Partido Popular y VOX liderasen el gobierno de España. El Congreso de los Diputados, sede de la soberanía nacional, volvió a dar la confianza a Pedro Sánchez. Desde ese día, los ataques furibundos contra el presidente y su familia se han intensificado por parte de la derecha, sus terminales mediáticas y una parte de la justicia.

Se pregunta el presidente si todo esto vale la pena. Y yo, al igual que muchísimos ciudadanos, le digo al presidente que sí. Que vale la pena. Y vale la pena porque hay mucha gente que nos sigue esperando para ayudarles, como hemos estado haciendo con las pensiones, la subida del salario mínimo, la estabilidad laboral, la conquista y ampliación de derechos sociales. Vale la pena por todos ellos y por todo el trabajo que el gobierno lleva haciendo desde hace cinco años por el progreso de los españoles.

Esto ya no va de un gobierno en concreto, esto va de defender la democracia contra quienes no aceptan los resultados electorales y la alternancia política.