Los pobres y la lotería

Si hubiera una Lotería de países, o una especie de Primitiva o de Cuponazo para estados, España, o Grecia, o Portugal, podrían fiar su salvación en el número premiado para zafarse así de las garras de la usura internacional que, al parecer, se ha hecho con el poder, con todo el poder, en Europa. Eso, jugar a la Lotería como posesos, es lo que vienen haciendo los españoles desde tiempos inmemoriales para huir de la cruda intemperie, de la pobreza sin remedio, a que conduce el trabajo honrado, pero me temo que si hubiera una Lotería de países, el Gordo le tocaría siempre, como ocurre con la Lotería de las personas, a los ricos, que son, con diferencia abismal, los que más juegan. Había un concejal del PP algo trabucaire y bastante forrado, Matanzo, al que le tocaba mucho, dándose la circunstancia de que en 1991 ganó 30 millones de la de Navidad con los décimos que le había regalado una lotera por haberle hecho, al parecer, un favorcillo administrativo. A Fabra, el del aeropuerto sin aviones de Castellón, ni se sabe la de veces que le tocó la Lotería, o, según las malas leguas, algo parecido a la Lotería pero no exactamente la Lotería, y a José María del Nido, abogado de Julián Muñoz e imputado él mismo en la Operación Malaya, la suerte le sonrió de oreja a oreja en la Navidad del 2006 con los 300.000 euritos del Gordo. Los ricos, que nunca tienen bastante, compran ristras de décimos, series enteras, apuestan rojo y negro, par e impar, número y fila, y, naturalmente, les toca, pues la Fortuna, aunque se la suele representar ciega, ve por el rabillo del ojo y no besa ni abraza al azar. Si hubiera una Lotería de países de Europa, el Gordo le tocaría siempre a Alemania, en tanto que España, Grecia y Portugal se quedarían, en beneficio de ella, sin los cuartos empleados en adquirir el único décimo con el que jugaban. Ahora bien; si esa Lotería fuera universal, le tocaría a China todo el rato, que ya tiene una porción de sucursales por todo el mundo de una imaginaria, pero absolutamente afecta y favorable, Doña Manolita.