Una plataforma se ha formado en Almería con la intención de salvar el toblerone. ¿Debe la sociedad salvar ese espacio? Es indudable que el silo de las viejas minas de Alquife es un hito en la ciudad. Nos puede gustar más o menos, pero es un elemento que ha formado parte del paisaje almeriense a lo largo de decenas y decenas de años, y que si se derriba no se volverá a construir algo parecido nunca más. Hay voces para todos los gustos, como no podía ser menos. Los propietarios quieren levantar pisos. La ubicación del solar es una mina de euros en el futuro. Están los políticos municipales del Pp que quieren con la plusvalía del solar y las catorce plantas hacer las obras en el entorno. Hay un cierto silencio cómplice en el Psoe local que nos tendrían que explicar. Izquierda Unida tampoco ha abierto la boca hasta el momento. La Junta ha manifestado que hacer el toblerone “bien de interés cultural” puede llevar muchos años. ¿Una excusa para que se derribe y se construya? Lo parece. Es mucho dinero el que está en juego, ¿verdad señores? Todos recordamos el tiempo que se tardó en hacer “bic” la vieja estación de autobuses. Doña Martirio Tesoro nos podría informar con más detalle. ¿Y los chicos de la ecología? Tampoco se les ha oído hablar sobre la cuestión. Si se pierde el toblerone se pierde una parte de la historia minera de Almería. ¿A cambio de qué? De edificios de catorce plantas. Me quedo con el actual silo. Lo que me llama la atención es que en la plataforma “salvemos el toblerone” no veo las caras de siempre, aquellas que acudían a la llamada del Psoe. ¿Por qué será? ¿Lo quieren tirar? ¿Y por qué?
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