El fútbol frente a la sospecha

El fútbol frente a la sospecha

Antonio Torres
22:13 • 02 jun. 2012

Uno de los partidos más controvertidos de la historia del fútbol moderno lo viví en ese lugar que todos los aficionados del fútbol soñamos con sentarnos algún día en el banquillo del Santiago Bernabeu donde Mourinho se siente el “boss”. Fuí un privilegiado por estar en el primer plano de la pomada de un partido decisivo y lleno de relatos controvertidos en el que podemos subrayar un capítulo para el libro de Salva Moya. Un recuerdo imborrable en mi memoria porque algunos periodistas hemos jugado en las alegrías y las tristezas en la intimidad del vestuario o del autobús, pero pocos en el “foso” de los elegidos. En el banquillo del Almería me senté en calidad de empleado de club rojiblanco para completar la narración que llevó a cabo Ángel Acién. El actual director de Canal Sur Radio, Joaquín Durán, conducía el programa La Jugada para todos los andaluces. Los nervios, los silencios, las instrucciones, llenaron aquella tarde de emociones y transistores.


Las redes sociales estaban por llegar en aquel mayo lluvioso de 1996. Este autor era uno de los pioneros en utilizar teléfono móvil y desafiando a la cobertura no fallamos en ninguna de las diferentes conexiones. Las instrucciones del joven Esteban Vigo Boquerón “a ese dejarlo, es jugador de futbolín”. Se refería al estilista Sandro. Paradojas del destino: coincidieron en el Málaga. Portillo, casado con una almeriense, no paraba de preguntarme cómo iba el Málaga, el equipo de su tierra. Aquellos gestos, cómo burlé toda la burocracia del Real Madrid que hoy sufren todos los periodistas que trabajan a pie de campo, cada uno de los detalles, los recuerdo como si fueran ayer. Lo que se escribió, la crónica sentimental, lo verdadero y lo falso. El final de la Liga y la sospecha que se recupera trae a la memoria que el Almería necesitaba puntuar para salvarse y lo consiguió. El otro partido Lleida (dirigido por Chechu Rojo)-Bilbao Athletic finalizó con 1-0 y el descenso del equipo bilbaino. El entonces líder de la radio deportiva, José María García, estigmatizó serias dudas sobre la profesionalidad del algunos componentes del filial blanco. Mis datos indican que fue todo lo contrario y donde estaba “la tostada” era en Lleida.


En esa crónica íntima y sentimental, llegó el final del partido de Madrid. El defensa de “Champions”, Popovic, me regaló aquella empapada camiseta del sudor del sufrimiento que todavía conservo como oro en paño. Otro detalle solidario lo recibí cuando el entonces directivo, Juan José Melero, al finalizar el partido, con empate a un gol que garantizaba la permanencia, me lanzó al césped del Bernabeu su chubasquero talismán.




Lo que ocurra en varios campos lo veremos todos menos las autoridades deportivas. Los colegiados no pueden hacer nada. Lo único que el árbitro sancionará es que si un jugador se niega a sacar un córner será amonestado. Solo podrán sacar tarjetas y en esa línea se expresa el internacional David Fernández Borbalán, al que pedimos asesoramiento. Para el responsable de Deportes de LA VOZ DE ALMERÍA y la SER, Tony Fernández, rememora que desde los tiempos del Estadio de la Falange siempre le chirriaba y molestaba a la vez que se hablara de maletines. “Para mí lo más sangrante y que me dejó perplejo fue un Alemania-Austria, disputado en Oviedo durante el Mundial de España 82”, recuerda Joaquín Amérigo. Convenía el empate y los dos decidieron jugar cada uno en su campo. El maestro del fútbol y exentrenador del Granada, Poli Ejido y Almería, entre otros clubes, l





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