El correcaminos no tenía críticos; simplemente tenía un coyote que discrepaba de él. Afortunadamente para la historia de los dibujos animados, en la Warner Brothers tuvieron claras las cosas desde un principio y establecieron los roles amigo/enemigo con naturalidad y sin caricaturas absurdas, como acaba de plantearnos el secretario provincial de los socialistas almerienses, el señor Sánchez Teruel, declarando que él no tiene críticos, "sino compañeros que piensan diferente" (sic.)
En el Kit de Montaje ACME para Políticos de Ocasión, las instrucciones indican que, en caso de necesidad, han de rebajarse las aristas de una realidad incómoda, aunque se acabe cayendo en la negación de la evidencia a través de la reducción al absurdo. En fin, ya dijo Griñán que en Andalucía no había parados, sino "oferentes de empleo". ¿Pero cómo no va a tener enemigos internos la cabeza visible de un partido? Pues nada hombre, un fuerte abrazo socialista. Y es que en el PSOE del señor Sánchez Teruel no existen enfrentamientos, ni tensiones, ni conspiraciones de bar de tapas. Vamos, que uno va a la reunión de una agrupación socialista almeriense y, por los derroches de cordialidad e inocencia desplegados, uno no sabe si está en un acto político o en la fiesta de los Teletabis. En fin, que todavía queda gente empeñada en creer que haciéndose el tonto los demás se entontecerán todavía un poco más. Pues va a ser que no. El empeño (marca de la casa, por cierto) de negar la realidad a base de doblegar el lenguaje ya no cuela. Y es que, por mucho que se esfuercen, algunos zorros no van a catar el pollo en su vida.
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