La encrucijada en la que se encuentra nuestra economía demanda a los políticos que estemos a la altura de las circunstancias y de los esfuerzos que se están pidiendo a los ciudadanos para salir del atolladero financiero en el que han colocado a España los excesos que en el pasado cometió el gobierno socialista de Zapatero y Rubalcaba, que dejaron al país con una deuda de 970.000 millones de euros con el exterior, además de gastarse, solo el año pasado, 90.000 millones de euros más que los que se ingresaron y que ahora tenemos que pagar todos los españoles.
Es evidente que si los socialistas no se hubiesen gastado lo que no teníamos el Gobierno actual no habría decidido aumentar los impuestos y reducir los ingresos de los empleados públicos. El presidente Rajoy está dando los pasos para salir de una situación crítica y ello significa tomar medidas que no son agradables porque exigen un gran sacrificio a los ciudadanos, pero, al mismo tiempo, son imprescindibles para salir de la coyuntura en la que nos han metido quienes ahora prefieren incendiar las calles que arrimar el hombro.
Nadie tira piedras sobre su propio tejado y, sin duda, una de las más medidas más dolorosas e impopulares ha sido la supresión, de forma coyuntural, de la paga extra de Navidad a los empleados públicos. En el Ayuntamiento de Almería trabaja un millar de funcionarios, la mayoría grandes profesionales, comprometidos con su trabajo y muy alejados del ‘sambenito’ que muchas veces se les cuelga desde el desconocimiento. Y puedo comprender y compartir el malestar de quienes siguieron con su sueldo de hormiguita en la época de ‘vacas gordas’ y ahora ven mermados sus derechos y se movilizan por ello, siempre que se haga de forma responsable y respetuosa. Como también estoy convencido de que sabrán entender a un Gobierno que se ha visto obligado a adoptar decisiones muy duras para evitar que otros las tomen por nosotros y sean mucho más drásticas.
Conscientes del sacrificio que tanto los funcionarios como el resto de almerienses están realizando, desde el Equipo de Gobierno municipal hemos querido corresponder a ese esfuerzo renunciando también a la extra de Navidad tanto el alcalde como los concejales y el propio personal eventual, iniciativa a la que también se ha sumado la Diputación Provincial y el propio grupo popular en el Parlamento andaluz.
No podemos exigir sacrificios sin que los representantes públicos demos ejemplo primero. Por ello, espero también que desde la Junta de Andalucía se adopten las reformas necesarias para lograr una administración más austera porque de nada sirve pedir esfuerzos colectivos si quienes ocupamos responsabilidades públicas nos dedicamos a degradar la vida política y a mantener privilegios, cuando no se alienta la insumisión y la confrontación contra el Gobierno de la Nación para desviar la atención sobre la realidad que nos rodea en Andalucía tras más de treinta años de gobiernos socialistas.
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