Reincidimos

Días pasados, con motivo del más que ruidoso asalto al supermercado por parte de Sánchez Gordillo y sus huestes comunistas, dijimos aquí que, a este paso, si los robos y los disturbios sociales aumentaran podríamos estar ya en un ambiente de preguerra civil, lo que ponía a la Transición como un suceso histórico falso, lejos de aquel famoso milagro español que fue modelo al parecer para otros pueblos en su paso de la dictadura a la democracia. 

Hoy se hace eco del mismo tema el profesor de sociología Ignacio Sotelo y viene a decir que con motivo de la crisis se está originando una segunda fractura. Culpa a nuestros políticos de poner el renacer de España en un sistemático negar, ocultar o falsear el pasado. La ruptura del país en dos bloques, los mismos que ya cantara amargamente Machado, cancela de algún modo la visión beatífica de la Transición, en palabras de Sotelo. 

A lo largo de estas décadas hemos visto perder firmeza y credibilidad a la Monarquía, el Parlamento, el Poder Judicial y sobre a todo los partidos políticos. Tampoco podemos decir que nuestra paz social se haya bañado en agua de rosas con sucesos como el 23 de Febrero, la  Guerra de Irak y el 11-M. El caso es que ahora gobierna el centro derecha, y en una  jeremíada constante sobre la herencia recibida, está imponiendo por decreto una serie de normas que nos retrotraen a los   años treinta. Me pregunto si entre cuarenta millones de españoles no habrá siquiera un pequeño grupo,  un alguien que sin echarle la culpa al  otro, pueda sacarnos de la crisis. A los partidos políticos no les creen.