Desquiciados

Recuerden a Aznar con sus extremidades inferiores sobre la mesa junto a Bush

Kayros
01:00 • 16 dic. 2014

Un psiquiatra de gran prestigio relacionó ciertas perturbaciones de la mente con el exceso de poder y recordaba casos que todos conocemos tanto en España como fuera de ella. La soledad del mandatario, los halagos continuos de los aduladores que viven al olor de la pitanza, la necesidad urgente de tener contenta a la ciudadanía aunque sea a base de mentiras, hacen que la salud psíquica del líder se resienta obligándoles a hacer tonterías si es que no son más bien verdaderos crímenes. No estoy hablando solo de Gadafi o de cualquier innominado déspota africano. Tampoco de Fidel Castro, Chávez y Maduro, sino también de nuestros presidentes del Gobierno. Recuerden a Aznar con sus extremidades inferiores sobre la mesa en actitud de creerse el segundo de a bordo en el gobierno del mundo junto a Bush. Sin tener pajolera idea de lo fuesen las armas de destrucción masiva, allá que va, desquiciado y lunático, a meternos a todos como borregos en la guerra de Irak. Yo no voy a acusarle de  1.200.000 muertos, como ha hecho el presidente de Venezuela, pero, vamos, que oyendo todos los días lo que vomita la radio sobre atentados y  fusilamientos, uno no dormiría tranquilo. Paso de largo lo del 11-M y las mentiras con ETA porque me parece que ya es demasiado. Otro que dio muestras de perturbación mental transitoria fue Zapatero. No se enteró de las hipotecas “sub prime” ni de los mangoneos de Lehman Brodhers, especuladores de altos vuelos que ganaban cuarenta mil millones en una hora. Pese a ello nuestro presidente socialista no llegó a enterarse de la crisis, algo que el PP explotaría hasta la náusea hace tres años. ¿ Y qué decir de nuestro actual mandatario Mariano Rajoy? Acaba de decir que la crisis, una de las más profundas de nuestra historia económica, es algo pasado. Todo ello para arrogarse el triunfo personal, aunque sabemos que la auténtica medalla se la ha colocado la Merkel. La vieja sabiduría de la iglesia católica nos ofrece un ejemplo de humildad frente a la siempre viva tentación de la grandeza humana. Y es colocarles a los Papas un criado baldado con una bandeja de ceniza que les recuerde a cada instante que son miseria, polvo y nada. Aún así no se acaban los desquiciamientos. Basta ver que Mariano desea presentarse de nuevo.







Temas relacionados

para ti

en destaque