El pasado once de septiembre El Ejido celebraba su día. Entre los actos organizados un reconocimiento a los anteriores alcaldes del pueblo. La primera de La Voz recogía la foto de los asistentes y entre ellos no estaba Juan Enciso. ¿No quiso asistir, prefirió quedarse en casa por la causa que todos conocemos? Es lo primero que nos preguntamos ante la foto de marras. La realidad era otra. No fue invitado al evento. ¿Y por qué no fue invitado? ¿Se les olvidó a los organizadores, no lo hicieron a postas? Si me pongo en la piel de Paco Góngora (alcalde) y pienso en la invitación a Juan Enciso, de entrada me sale el no hacerlo, lo reconozco. Así me lo pide el cuerpo. Supongo que a él le ha debido ocurrir algo parecido. Lo que no se debe olvidar en situaciones como la que comentamos es que el señor Enciso fue alcalde y con el mayor porcentaje de votos de la historia del municipio. Y que mientras la justicia no lo juzgue, y tardará años por lo que estamos viendo, Enciso es presuntamente culpable mientras no se diga lo contrario. Entiendo que la lógica debería haber llevado al actual alcalde a invitar a Juan Enciso, y que hubiera sido éste el que tomara la decisión de asistir o no al encuentro. Decisión complicada, pues sabe don Juan que su foto no es muy apreciada en los momentos que corren. El no invitarlo no deja de ser un error de Góngora y compañeros, ya que los representantes de una administración no se deben dejar llevar por las entrañas. Si no hubiera dimito, Enciso seguiría siendo edil del pueblo y lo tendrían sentado en el salón de plenos con todas las de la ley. En la foto faltaba. Aunque no nos guste.
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