El concejal de urbanismo de la capital, Pablo Venzal, está jugando muy fuerte. Su apuesta por el futuro de la ciudad, en contra de un proyecto que ya fracasó en el tiempo, como es el de las minas de Alquife, pone el nombre del edil en el primer plano político y social de Almería. A su rotunda negativa a que el mineral se cargue en la capital solo le falta un acto que sea visible por la ciudadanía. No se trata de que emule al señor Guijarro y su revolcón en el mineral, pero algo se le ocurrirá en el futuro. ¿Busca una futura alcaldía? Luis Ro se marcha al senado y la imagen de un Pablo Venzal a medio afeitar, rotundo en su negativa, defendiendo contra tirios y troyanos a Almería del mineral no es mala para una campaña. Es consciente de que los almerienses que recordamos los colores de nuestras fachadas por culpa del mineral no vamos a perdonar al alcalde, presidente del puerto y partidos que nos pongan de nuevo ante esa perspectiva. No olviden que ni siquiera el toblerone era una solución definitiva en aquellos años, pues el problema también estaba en el momento de la carga en el barco. Ante la confusión que dice sentir doña Sonia Ferrer, don Pablo está siendo claro. El tren del hierro va a hacer que la sociedad almeriense tome partido y, con ello, que los partidos y los políticos no se nos pongan de perfil, que es lo que han venido haciendo hasta el momento. Todo indica que tendremos tren y en la capital, pero que se preparen, pues más de uno va a salir revolcado por el mineral. Hasta ahora el mejor colocado, el único que ha levantado el banderín de enganche es Pablo Venzal. ¿Los demás?
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